Una operación sin precedentes

¿Decapitación total del régimen? Israel mata a Salami, Bagheri y Shamkhani, los pilares del poder iraní

¿Qué ha pasado? Israel ha matado al comandante de la Guardia Revolucionaria, al jefe del Estado Mayor y al asesor estratégico del líder supremo. Irán pierde en un solo día a su núcleo militar y político más influyente.

De izquierda a derecha: Ali Shamkhani, Mohammad Bagheri y Hossein Salami
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Lo que ha ocurrido en las últimas horas en Oriente Medio no es un ataque más. Es una decapitación directa del liderazgo militar y nuclear de Irán. Y la firma, aunque no oficial, es claramente israelí.

El blanco principal fue Hossein Salami, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria desde 2019, una figura clave del régimen. Con más de 40 años de carrera, Salami era el símbolo del músculo militar de Irán y de su retórica desafiante. Solo horas antes de su muerte, declaró: "Nuestra próxima confrontación con los israelíes será mucho más aplastante".

Ese mismo día, fue abatido en lo que fuentes no oficiales atribuyen a un ataque israelí con drones en suelo sirio. Pero Salami no cayó solo.

En el mismo ataque o en operaciones paralelas, también fueron asesinados: Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, responsable de coordinar todas las ramas del ejército; y Ali Shamkhani, asesor de seguridad nacional del ayatolá Jamenei, exministro de Defensa y pieza fundamental en las recientes negociaciones diplomáticas con Arabia Saudí.

Además, los servicios de inteligencia israelíes han intensificado la persecución de científicos nucleares iraníes. Varios han sido asesinados en las últimas semanas, y entre los más recientes se encuentra Fereydoun Abbasi, quien dirigió la Agencia Atómica de Irán entre 2011 y 2013. Fue una figura visible del programa nuclear iraní y defensor de su continuidad incluso en plena negociación con Estados Unidos.

El objetivo: desestabilizar desde arriba

La estrategia parece clara: cortar la cabeza para paralizar el cuerpo. El golpe ha eliminado al núcleo duro que sostenía el poder militar externo (la Guardia Revolucionaria), el aparato convencional (el Ejército) y la disuasión nuclear (los científicos). No es solo una respuesta táctica, es una apuesta para dejar a Irán sin capacidad inmediata de reacción organizada.

Israel no ha reivindicado oficialmente el ataque, pero la prensa hebrea cercana al gobierno habla abiertamente de una operación "quirúrgica y necesaria" para garantizar la seguridad nacional ante lo que consideran una amenaza existencial por parte del régimen iraní.

Consecuencias regionales: ¿respuesta o contención?

En Irán, la conmoción es absoluta. La pérdida simultánea de tres figuras de primer nivel —Salamí, Bagheri y Shamkhani— equivale a un terremoto en la cúpula del régimen. A corto plazo, se espera una respuesta simbólica para salvar la cara. A medio plazo, podría haber represalias a través de grupos aliados como Hizbulá en Líbano, las milicias chiíes en Irak o los hutíes en Yemen.

Pero también hay incertidumbre. Irán se encuentra ahora sin sus principales planificadores militares, justo cuando debía reiniciar las negociaciones nucleares con Estados Unidos este mismo domingo. Un proceso que, tras este golpe, queda suspendido sine die.