Francia ha vuelto a arder en la noche de este viernes, la cuarta consecutiva de disturbiospor la muerte de Nahel, el adolescente de 17 años que falleció por un disparo de la Policía cuando trataba de huir de un control de carretera el pasado martes.

Al menos 1.311 personas han sido detenidas y 79 policías han resultado heridos durante una noche que se salda también con 1.350 vehículos quemados y en la que la Gendarmería ha desplegado equipos especiales y vehículos blindados en las calles, tomadas por motos en algunos puntos y escenario de saqueos e incendios.

Las protestas han sido especialmente intensas en Lyon, Grenoble y Marsella, donde una armería ha sido asaltada: allí han sido sustraídos varios rifles de caza, pero, según fuentes policiales, sin munición. El dueño de la tienda ha afirmado que vio a unos "30 jóvenes con una intención clara" y ha denunciado que sus provisiones "ya no están seguras", según el periódico 'Le Parisien'.

El alcalde, por su parte, pedía refuerzos: "En Marsella, las escenas de saqueo y violencia son inaceptables. Condeno con total firmeza estos actos de vandalismo y pido al Estado que envíe de inmediato fuerzas policiales adicionales", afirmaba.

Asimismo, en la ciudad portuaria se ha suspendido el desfile del Orgullo previsto para este sábado y la Policía marsellesa ha emitido una orden general que prohíbe la circulación de vehículos en la ciudad a partir de las 19:00 horas.

También han vuelto a arder contenedores en París, mientras que se ha confirmado ya la primera muerte en las protestas: un chico de 19 años que fallecía la tercera noche de disturbios tras caer del techo de un supermercado. De momento, sin embargo, el presidente Emmanuel Macron descarta imponer el estado de emergencia.

Funeral por Nahel en Nanterre

La cuarta noche de disturbios se producía precisamente la víspera del funeral por Nahel, celebrado este sábado en la más estricta intimidad, a petición de su familia para no exacerbar más la tensión. Según 'Le Monde', muchos vecinos de Nanterre se han acercado a la funeraria, a una prudente distancia, para mostrar sus respetos.

La familia ha dispuesto una comitiva de seguridad formada por amigos y allegados que han marcado un cordón para alejar a los medios y a los desconocidos y en las últimas horas ha reiterado sus peticiones de intimidad y llamado a la calma ante la enorme tensión que se vive en el país galo.

Mbappé pide el fin de la violencia

Por su parte, el jugador de fútbol Kylian Mbappé ha compartido en Twitter un mensaje de parte de todos los jugadores de la selección francesa de fútbol para llamar a la calma.

"Desde este trágico evento, hemos sido testigos de la expresión de ira popular cuya sustancia entendemos, pero cuya forma no podemos respaldar. La violencia no resuelve nada, menos cuando inevitable e incansablemente se vuelve contra quienes la expresan, sus familias, seres queridos y vecinos", ha explicado.

Mbappé ha añadido que "es vuestra propiedad la que estáis destrozando, vuestros barrios, vuestras ciudades, vuestros lugares de plenitud y de proximidad", y agrega que muchos de los jugadores provienen de "barrios populares. "No podemos quedarnos callados y nuestra conciencia cívica nos anima a hacer un llamado al apaciguamiento, la conciencia y la responsabilidad", ha continuado.

"Hay otras formas pacíficas y constructivas de expresarse: el tiempo de la violencia debe terminar para dar paso al duelo, el diálogo y la reconstrucción", ha zanjado.