La guerra de Ucrania está obligando a reorganizar el mapa de gas en Europa. En lo países con más dependencia del gas ruso, algunos ciudadanos ya están cambiando sus hábitos.

Poner una placa eléctrica encima de la del gas es algo que no se ve todos los días, pero ya está pasando en Alemania. Allí muchos vecinos ya están comprometidos con reducir el consumo del gas.

Es el caso de Sebastien, que asegura que comenzó a preguntarse de dónde venía esa materia prima y pensó en "alternativas". Es su particular gesto para dejar de depender del gas ruso cuando vives en un país que no puede abandonarlo.

En Italia ya tienen alternativas: Argelia le venderá un 33% más de gas y le comprará el triple que nuestro país. En España la cuota de gas ruso es baja, pero su gran problema viene de Argelia, después del cambio de postura del gobierno con el Sáhara.

Sobrevuela una posible subida de precios, pero España ha cambiado de mayor proveedor, ahora es Estados Unidos. Las importaciones se han multiplicado por cinco en un año, y por tercer mes consecutivo nos venden más gas que Argelia.

Este gas desde Estados Unidos viene en barco metanero y desde mucho más lejos, lo que a la larga saldrá más caro. Una materia prima más costosa a la que podrían también optar otros países europeos para dejar de depender de Rusia.