Sede de la votación
La Capilla Sixtina, el 'hogar' de los cónclaves desde hace 150 años
Bajo los frescos de Miguel Ángel, los cardenales eligen al papa. Pero no siempre lo han hecho aquí: el primer cónclave en la Capilla Sixtina tuvo lugar en 1492, pero es sede oficial desde 1878.

Cada vez que muere un papa (o en 2013, cuando Benedicto XVI renunció y puso fin a su pontificado), los electores del Colegio Cardenalicio se sitúan bajo los frescos que Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo obispo de Roma. Qué mejor escenario que bajo una de las grandes obras de arte de la historia para tal evento.
Sin embargo, la Capilla Sixtina no ha sido siempre la sede de los cónclaves. Históricamente, el proceso de elección papal tenía lugar en la ciudad en la que hubiera fallecido el último papa, si éste moría fuera de Roma. Es lo que ocurrió con el conocido cónclave de Viterbo, formalmente el primer 'cónclave' de la historia, ya que fue aquí donde se empezó a cerrar bajo llave ('cum clave') a los cardenales para celebrar la votación.
En la historia más 'reciente', hasta que empezaron a celebrarse en la Capilla Sixtina, los cónclaves tenían lugar en el Palacio Apostólico, la residencia oficial del papa en Ciudad del Vaticano. Pero hasta el cónclave de 1878, el cónclave se celebraba en el Palacio del Quirinal, una de las tres residencias oficiales del presidente de la República y símbolo del Estado italiano por excelencia.
El primer cónclave en la Capilla Sixtina, en el siglo XV
Si bien fue en 1878 cuando la Capilla Sixtina se convirtió en la sede oficial de las elecciones papales, ya había albergado antes algún que otro proceso. El primero en tener lugar aquí fue el de 1492, en el que 27 cardenales participaron en la votación de la que salió elegido uno de los escasísimos papas españoles en la historia: Rodrigo Lanzol y de Borja, de nombre papal Alejando VI, nacido en Valencia.
Datos de la Capilla Sixtina
- Su construcción se extendió durante varios años, entre 1473 y 1481. Se llama Capilla Sixtina precisamente porque fue el papa Sixto IV (el número 212 de la larga historia de papas) el que ordenó su reconstrucción para convertirse en lo que es actualmente.
- Cada día, la Capilla Sixtina recibe entre 20.000 y 25.000 visitantes. Esta cantidad hace que sean cerca de seis millones de personas al año las que visitan este monumento.
- En 1522, tuvo lugar un derrumbe que dañó en parte la bóveda pero principalmente los frescos de Ghirlandaio y Signorelli, que tuvieron que ser restaurados por Hendrik van den Broeck y Matteo da Lecce.
- La última restauración de la Capilla Sixtina tuvo lugar entre 1979 y 1999, convirtiéndose en una de las restauraciones de arte más importantes del siglo.
Así se prepara la Capilla Sixtina para el cónclave
De cara a la celebración del cónclave, la Capilla Sixtina tiene que someterse a unos estrictos controles de seguridad, con el fin de mantener el máximo secreto posible. Según explican desde el diario italiano 'Il Post', una serie de personas definidas por la constitución apostólica como "de firme fe y probada capacidad técnica" inspeccionan la Capilla Sixtina para comprobar que no hay micrófonos ocultos instalados en ningún lugar.
Con el fin de que nada se pueda observar desde fuera, se cubren todas las ventanas no sólo de la Capilla Sixtina, sino también de las zona próximas del Palacio Apostólico, al que la capilla está anexa. Los preparativos, que explicó el subdirector de la Sección de Infraestructuras de la Santa Sede, Silvio Screpanti, en una entrevista publicada en vísperas del cónclave por el Vaticano, incluyen el control de "todo" el "sistema tecnológico", que implica la desactivación de todas las instalaciones de transmisión de la señal de telecomunicaciones móviles y de radio.
Este 'apagado' afecta a toda la Ciudad del Vaticano, los 0,4 kilómetros cuadrados del Estado enclavado en el centro de Roma, desde las 15:00h del mismo día que empieza el cónclave. La señal, además, no regresará hasta que haya nuevo papa. Pero además, las autoridades vaticanas se encargan de blindar todos los accesos al área del cónclave, con unos 80 cierres de plomo en todos los accesos al perímetro. Dentro, cualquier aparato tecnológico, como las cámaras o sensores instalados para proteger la Capilla Sixtina durante las visitas turísticas, estará desactivado durante el proceso de elección papal.
Además, todo el personal que participa de algún modo en el proceso, tanto eclesiástico como laico, han tenido que prestar juramento el lunes, dos días antes del cónclave, para guardar absoluto secreto de todo lo que ocurra. Porque lo que pasa en el cónclave, se queda en el cónclave.