Dos iniciativas propuestas
Bruselas propone reducciones arancelarias para aplicar el acuerdo comercial con EEUU
¿Y ahora qué? Las medidas propuestas por la CE deberán ser aprobadas por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE en el marco del procedimiento legislativo ordinario antes de que las reducciones arancelarias comunitarias puedan entrar en vigor.

La Comisión Europea (CE) ha propuesto este jueves dos medidas para reducir aranceles a importaciones estadounidenses, lo que permitiría aplicar de forma retroactiva desde el 1 de agosto el acuerdo logrado con Estados Unidos (EEUU) que limita al 15% los aranceles generales a productos de la Unión Europea (UE).
La primera medida propone eliminar los aranceles a los productos industriales estadounidenses y dar un acceso preferencial al mercado comunitario a una serie de productos pesqueros y agrícolas no sensibles de EEUU, mientras que la segunda defiende prolongar el trato libre de aranceles para la langosta, incluyendo ahora además la langosta procesada, explicó la CE en un comunicado.
"Estas propuestas son los primeros pasos para dicha implementación y garantizan la exención arancelaria por parte de EEUU para el vital sector automovilístico de la UE con carácter retroactivo desde el 1 de agosto", indicó el Ejecutivo comunitario.
Hace una semana, Bruselas y Washington publicaron una esperada declaración conjunta en la que precisaron por escrito los términos del acuerdo político al que llegaron en julio pasado en Escocia para evitar una guerra arancelaria, en la que el presidente estadounidense, Donald Trump, había amenazado con tarifas del 30% a la mayoría de importaciones europeas.
Según ese texto, EEUU aplicará un arancel tope del 15% a los bienes europeos, incluidos los automóviles, aunque esa rebaja solo se aplicaría cuando el bloque europeo hubiese tomado medidas para reducir a su vez los que impone a EEUU. Las medidas propuestas por la CE deberán ahora ser aprobadas por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE en el marco del procedimiento legislativo ordinario antes de que las reducciones arancelarias comunitarias puedan entrar en vigor.
Para la Comisión, estas medidas "contribuyen a restablecer la estabilidad y la previsibilidad en las relaciones comerciales y de inversión entre la UE y EEUU, en beneficio de las empresas, los trabajadores y los ciudadanos de ambos lados del Atlántico". "El acuerdo UE-EEUU es un paso hacia la estabilidad y una base para la cooperación real en retos compartidos, como el del acero. Su plena aplicación es fundamental", indicó en redes sociales el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic.
Celebró especialmente la limitación al 15% de los aranceles a automóviles y sus componentes a partir del 1 de agosto, lo que consideró "un alivio y un impulso para nuestra industria". La Comisión aseguró que seguirá colaborando con EEUU para reducir los aranceles, también en el contexto de negociaciones para "un futuro acuerdo sobre comercio recíproco, justo y equilibrado".
Se espera que estas reducciones arancelarias estadounidenses del 27,5% al 15% para los automóviles europeos entren en vigor el primer día del mismo mes en que se hayan presentado las propuestas legislativas de la UE, es decir, el 1 de agosto. Según la CE, esto supondrá un ahorro para los fabricantes europeos de automóviles de más de 500 millones de euros en aranceles que, de otro modo, habrían tenido que pagar por las exportaciones en un solo mes.
EEUU también se ha comprometido a aplicar aranceles cero o casi cero a determinadas categorías de productos a los que solo se aplicará el arancel de nación más favorecida (NMF) a partir del 1 de septiembre (recursos naturales como el corcho, todas las aeronaves y piezas de aeronaves, medicamentos genéricos y sus ingredientes y precursores químicos). Ambas partes han acordado trabajar para ampliar aún más esta lista (que por el momento no incluye el vino), recordó la Comisión.
Por su parte, la UE ha expresado su voluntad de adquirir gas natural, petróleo y productos de energía nuclear estadounidenses por valor de 750.000 millones de dólares (unos 700.000 millones de euros) en los próximos tres años, así como chips de inteligencia artificial por 40.000 millones de euros (unos 46.600 millones de euros). Asimismo, planea "aumentar sustancialmente" las compras de equipamiento militar y de defensa de EE.UU., aunque la declaración conjunta no dio cifras.