La reconstrucción fue anunciada en una rueda de prensa concedida ante las ruinas de la histórica construcción por los ministros de Educación, Rossieli Soares, y de Cultura, Sergio Sá Leitao, en medio de protestas por el abandono al que el Gobierno había condenado la institución y la indignación de funcionarios que durante años denunciaron la falta de recursos para su manutención.
Soares afirmó que la reconstrucción será iniciada con la inmediata liberación de 10 millones de reales (unos 2,4 millones de dólares) "para garantizar la estructura física y la seguridad, incluso estructural", del Museo Nacional.
Ello debido a que la Defensa Civil decretó la intervención de la edificación de 200 años tras una inspección en la que se concluyó que, pese a que la fachada y las paredes externas siguen en pie, los muros internos y los pisos fueron comprometidos por el fuego y pueden desplomarse en cualquier momento.
El ministro agregó que, en una segunda fase, se destinarán 5 millones de reales más (unos 1,2 millones de dólares) para financiar un proyecto ejecutivo de reconstrucción que aún no está definido, pero que tendrá el apoyo de la Unesco.
El jefe de la cartera de Educación precisó que también va a pedir ayuda internacional para, en una tercera fase, montar un nuevo acervo para el Museo.
El propio presidente brasileño, Michel Temer, anunció que, para esta tercera fase, convenció a una serie de entidades financieras públicas y privadas para que aporten recursos a un fondo para adquirir la nueva colección.
"Componen inicialmente esa sociedad por la memoria nacional" la Federación Nacional de Bancos (Febraban) y los bancos privados Itaú, Brasdesco y Santander, indicó la Presidencia en un comunicado, que citó entre las entidades públicas que se sumaron a la iniciativa el Banco do Brasil, la Caixa Económica Federal, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y la petrolera Petrobras.