En pleno escándalo por las fiestas celebradas en Downing Street durante la pandemia, Boris Johnson se ha reafirmado en su intención de no dimitir, después de que Scotland Yard anunciara este martes la apertura de una investigación al respecto.
Este miércoles, el primer ministro británico ha insistido en que no dimitirá durante la sesión de control en la Cámara de los Comunes, donde el 'Partygate' ha vuelto a acaparar el debate. El 'premier', no obstante, ha intentado eludir las preguntas relacionadas con este tema, defendiendo que el Gobierno "tiene razón" e insistiendo en que ya existe una investigación policial al respecto.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, se ha mostrado especialmente duro con Johnson, señalando que el hecho de que sea objeto de una investigación policial es "vergonzoso". El líder de la oposición ha vuelto a pedir su dimisión inmediata y le ha acusado de "provocar un inmenso daño a la confianza de la población en el Gobierno" al intentar salvar su propia carrera.
Johnson, sin embargo, ha tratado de eludir la cuestión y ha afirmado que, en el caso de que las investigaciones le señalen como culpable, dimitirá. "Creo que el primer ministro ha dicho que sí, que está de acuerdo en que el código se le aplica a él también, por lo que si engaña al Parlamento, deberá dimitir", ha señalado Starmer. El primer ministro, por su parte, ha defendido que Downing Street está centrada en la gestión de la pandemia y el sistema sanitario, argumentando que son los 'tories' los que pueden manejar estos asuntos y no los laboristas.
Entretanto, el esperado informe redactado por Sue Gray podría publicarse próximamente y poner en tela de juicio las palabras de Johnson, por lo que Starmer ha reclamado al 'premier' que se comprometa a publicarlo al completo.
Johnson, sin embargo, se ha escudado en el aumento de la tensión entre Rusia y Ucrania durante la sesión parlamentaria y ha aprovechado la ocasión para reprochar a Starmer que haya ignorado el hecho de que "tenemos una crisis en las fronteras con Ucrania".
La última de la larga lista de presuntas fiestas celebradas en la residencia oficial del primer ministro durante los peores momentos de la pandemia en Reino Unido salía a la luz este mismo lunes: una supuesta fiesta de cumpleaños "sorpresa" para el propio Johnson en pleno confinamiento.