El pasado 30 de octubre Luiz Inácio 'Lula' da Silva, del Partido de los Trabajadores, derrotó en las elecciones generales brasileñas a su contrincante, el aún presidente Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL). Desde ese mismo momento los bolsonaristas rechazaron su victoria y exigieron que se repitieran los comicios. Durante el día de la votación, miles de seguidores del expresidente liberal tomaron las calles de las principales ciudades brasileñas para protestar contra la victoria de Lula. A pesar de que Bolsonaro pidió que se dejaran de bloquear las vías, consideró "legítimas" las protestas.

Bolsonaro rompió su silencio y habló de "injusticia"

Dos días más tarde, el 1 de noviembre, Bolsonaro rompió su silencio tras la derrota y habló de "injusticia", aunque aseguró que cumpliría la Constitución. Tampoco aludió de forma directa a la victoria de su rival.

Protestas en las calles

Mientras tanto, grupos de camioneros de ultraderecha exigían una "intervención militar" para evitar el traspaso de poder a Lula da Silva. Bloquearon carreteras en casi todo el país y advirtieron: sólo pondrían fin a la protesta cuando "el Ejército interviniera" para "impedir que volviera el comunismo".

Multa millonaria al PL

El 24 de noviembre el Partido Liberal recibió la siguiente noticia:tendría que pagar una multa de 22,9 millones de reales (más de cuatro millones de euros) por pedir la anulación de votos de las presidenciales, según una decisión del Tribunal Superior Electoral. El PL puso en duda al 61 % de las urnas electrónicas utilizadas en la segunda vuelta de las elecciones, el 30 de octubre.

40 kilos de explosivos a horas de la investidura

A una semana de la investidura, (el uno de enero), un grupo de agentes de la policía encontró 40 kilos de explosivos en el campo, a tan sólo 35 kilómetrosde la zona donde Lula iba a tomar posesión.

Nueva legislatura

Lula da Silva inició el 1 de enero su tercer mandato. Lo hizo en una ceremonia multitudinaria en la que prometió terminar con las desigualdades en el país. La toma de posesión se celebró con un fuerte apoyo popular y respaldo internacional. El acto de posesión se llevó a cabo con la ausencia de Jair Bolsonaro. El expresidente abandonó Brasil para viajar rumbo a Estados Unidos. Se negaba a reconocer el triunfo de Lula y, con su ausencia, quería evitar tener que entregarle la banda presidencial. En Twitter, un día más tarde, Bolsonaro todavía se mostraba como "presidente de Brasil".

Paralelismo con el asalto al Capitolio

Durante una intervención en el informativo de laSexta tras lainvasión a las sedes de los tres poderes en Brasilpor parte de bolsonaristas radicales, el codirector de 'El Orden Mundial', Eduardo Saldaña, ha recordado cómo Bolsonaro alimentó desde su llegada al poder "este movimiento de extrema derecha". "Es un trumpista en versión brasileña y uno de los principales responsables de lo que estamos viendo ahora mismo. Nos encontramos con la ideología que ha ido construyendo a través de sus años de mandato", ha lamentado. Ha indicado, asimismo, el paralelismo con el asalto al Capitolio en EEUU. "El trasfondo es muy similar, y siempre se ha dicho que Donald Trump marcó el camino", ha recalcado.

Análisis del asalto: "Es un paso más de la radicalización de la extrema derecha"

Eduardo Saldaña ha indicado que el asalto al Congreso es el resultado"de la frustración que han ido acumulando estas semanas los bolsonaristas y un paso más de la radicalización de la extrema derecha brasileña".

El experto no ve riesgo de un enfrentamiento civil porque los militares "hasta ahora han mantenido una posición firme, reconociendo el proceso electoral". Sin embargo, ha advertido que "nos vamos a encontrar con una extrema derecha brasileña muy radicalizada, con una posesión importante de armas".