Nueva York celebra el San Patricio más polémico de los últimos años por la negativa de sus organizadores a permitir la participación de los colectivos homosexuales en los festejos.

El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, ha decidido boicotear los actos y se mantendrá al margen de los festejos, a diferencia de lo que hizo su antecesor, Michael Bloomberg, que siempre estuvo presente. De Blasio fue el primero en agitar el debate, al anunciar que no participaría en el popular desfile. En su primer año en el cargo, el demócrata ha querido expresar de esta forma su "desacuerdo con los organizadores del desfile por su exclusión de algunas personas de esta ciudad".

De Blasio participó en una marcha alternativa bajo el nombre 'San Patricio para todos', un acontecimiento mucho más modesto, pero que desde el año 2000 reivindica la inclusión de todos los colectivos ciudadanos en la fiesta.

Los organizadores de los festejos, mientras tanto, insisten en que no discriminan a los homosexuales, sino que su objetivo es que en los desfiles no se llame la atención sobre ninguna causa. El mensaje de las autoridades, sin embargo, ha calado en buena parte de la sociedad y, en los últimos días, varias empresas vinculadas con los actos han anunciado su renuncia.