Al menos 45 personas han sido detenidas en un día en las manifestaciones del movimiento 'Black Live Matters' en Estados Unidos. Además, una persona ha muerto en Austin, Texas.

Un testigo asegura que la víctima llevaba un rifle y al acercarse al coche, el conductor le disparó. La noche ha sido muy violenta con protestas en varios puntos del país como Oregón o Washington. El movimiento tiene como lema 'Las vidas de las personas negras importan' y su objetivo principal es terminar con los ataques racistas sufridos en Estados Unidos.

Esta nueva noche de disturbios en Estados Unidos contra la brutalidad policial, se vivió de forma intenta especialmente en Seattle (Washington) y Portland (Oregón), avivadas por la decisión del presidente Donald Trump de enviar agentes federales para frenar la violencia a algunas ciudades.

En dichas ciudades de la costa oeste de EE.UU., las autoridades alertaron de "disturbios" y grave riesgo para la propiedad pública tras los choques violentos entre manifestantes y las fuerzas policiales. Además, la cuenta de Twitter de la Policía de Seattle ha detallado que habían realizado "45 arrestos en conexión con los disturbios" y ha destacado que "21 policías habían sufrido heridas por ladrillos, piedras y explosivos", aunque "la mayoría de ellos pudieron retornar a su trabajo".

Además, en Portland, los manifestantes rompieron el cerco policial en torno a la corte federal en el centro de la ciudad, lo que obligó a la respuesta por parte de los agentes policiales. "En todo el país, la gente está cometiendo actos de violencia, supuestamente en apoyo a Portland. Si quieres apoyar a Portland, entonces frenen la violencia y trabajen por la paz. Agentes e instalaciones de Policía de Portland han sido amenazadas", ha advertido Chuck Lovell, jefe de policía de la ciudad en un comunicado.

Seattle, al igual que Portland, es escenario desde hace dos meses de manifestaciones continuas, que en algunos casos han desembocado en choques con la Policía, tras la muerte de George Floyd asfixiado bajo custodia policial a finales de mayo en Mineápolis, Minesota. El fallecimiento de Floyd originó la mayor ola de protestas en todo el país contra la violencia racial en medio siglo, y el propio presidente Trump tuvo que levantar ampliar el perímetro de seguridad con vallas adicionales en la Casa Blanca por las manifestaciones en la capital estadounidense.