En el sur de California
Acusa a los agentes migratorios de la desaparición de su mujer: la indignante tapadera de un hombre sospechoso de matar a su esposa
Entre líneas Más allá de la preocupante violencia de género, que el presunto asesino encontrara cierta coherencia culpando al ICE también lo es, pues con los precedentes conocidos no extrañaría que así hubiera sido.

Su mujer desapareció y él denunció que había sido detenida por los agentes migratorios de Estados Unidos (EEUU), pero apareció muerta. La policía cree que se trata de un crimen machista después de haber localizado un vídeo, incluido en las imágenes sobre estas líneas, en el que se ve al hombre cargando una bolsa donde podría haber portado el cuerpo sin vida de su esposa tras matarla.
Una bolsa que arrastra con dificultad, presumiblemente por su peso, según han captado las cámaras de seguridad de un bloque residencial del sur de California. Días más tarde, encuentran el cuerpo de Sheila Gutiérrez en el bosque nacional de Los Ángeles. Se trata de una prueba certeramente incriminatoria, pero que no se conoce hasta bastante tiempo después.

De hecho, durante ese periodo Sheila se daba por desaparecida con un principal sospechoso: el servicio de inmigración de EEUU. Pese a la negativa de las autoridades, los antecedentes pesan ya que no sería la primera vez que no existe registro de un arresto de este tipo. Tampoco sería la primera desmesurada y errática incursión del ICE.
Jossimar, que así se llama el presunto culpable, habría encontrado en este error del sistema una válvula de escape para ejecutar un presunto crimen machista sin levantar sospechas sobre él. Era una de las versiones, puesto que a sus vecinos les llegó a asegurar que su pareja había sufrido un accidente. Así ese argumento culpabilizando a los agentes migratorias empezaba a desmoronarse. Tampoco jugó en su favor el hecho de que huyera a la primera de cambio a Perú con sus hijos, quienes ahora están al cuidado de su abuela materna, mientras su padre espera ser procesado.
Más allá de la preocupante violencia de género, que el presunto asesino encontrara cierta coherencia en su argumento culpando al ICE también lo es. Y es que no es tan descabellado que hubiera desaparecido sin más a manos del ICE. Se trata de una ridícula e indignante tapadera perfecta.