Spoilers aparte. En la película de 'Barbie', a la protagonista le obligan a tomar una decisión un poco al estilo de 'Matrix': volver a su vida normal -y elegir sus tacones estereotípicos- o conocer la verdad del universo -y ponerse unas sandalias de cuero para sus "pies planos"-. A ella no le convencen demasiado. Sin embargo, a la gente del "mundo real" parece haberles encantado.

Según la plataforma de tendencias 'Lyst', sus búsquedas en Internet desde que se estrenó la película han aumentado un 110%. Mientras que para la película se han convertido en un símbolo de la mujer real, para Birkenstock ha supuesto tal aumento en sus ventas, que incluso han decidido adelantar su salida a Bolsa a septiembre con una oferta pública inicial de unos 8.000 millones de dólares. El fabricante de calzado alemán espera alcanzar un valor de 10.000 millones de dólares. Para el experto de marketing y responsable de Desarrollo Digital de IEB, Joaquín Danvila, "forma parte de su estrategia corporativa", que normalmente "se lleva una parte importante del presupuesto de la inversión de marketing".

Otros accesorios de cine que se pusieron de moda

Se llama "product placement" y consiste en introducir un producto o marca en un espacio audiovisual de forma "poco invasiva y aspiracional", asegura Danvila, que incite al espectador "a ser como este actor, actriz, o protagonista de esta película". Y que funcione, no solo el metraje en cines, sino también el producto en pantalla.

Un ejemplo de fracaso y éxito al mismo tiempo fueron las famosas gafas wayfarer de Ray-Ban, que primero salieron en 'The Blues Brothers' (1980), sin generar ningún tipo de repercusión. Tres años después, lo intentarían de nuevo en 'Risky Business' (1983), protagonizada por Tom Cruise, que "consiguió pasar de algo menos de 20.000 gafas vendidas, a cerca de 4 millones".

Años después, volvería a ser modelo de otras gafas de la marca, las de aviador, en Top Gun (1986). Las ventas de este producto, que hoy vemos que ayudan a moldear estilos como el del presidente de Estados Unidos, Joe Biden; se incrementaron casi un 40% tras el estreno de la película y casi un 50% durante el estreno de la segunda, Top Gun: Maverick (2022).

Se puede retroceder directamente a los inicios del cine comercial para ver la capacidad que tiene de cambiar el estilismo de una sociedad. Alfred Hithcock consiguió sin querer que el mundo diera nombre, literalmente, a una prenda de ropa, gracias a su película Rebbeca (1940). Algo más de una década después, Marlon Brando consiguió remodelar la figura del sex symbol masculino, gracias a su vestuario en tirantes durante el filme 'Un tranvía llamado deseo' (1951). Las existencias de camisetas de tirantes se agotaron de forma consecutiva durante los tres años posteriores a su estreno.