El Gobierno de coalición no tiene una postura clara de cara a las negociaciones que arrancan este martes para subir, o no, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI): la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, defiende que no es el momento, en tanto que la responsable del diálogo social, Yolanda Díaz, cree necesario un alza de los 950 euros actuales.

El disenso en el área económica del Ejecutivo entre los ministros más moderados y los representantes de la cuota de Unidas Podemos también se traslada a los agentes sociales: los sindicatos apuestan por subir el SMI para reforzar la protección social, pero la patronal defiende que, tal y como están las cosas, no es el momento.

Según apuntan desde fuentes del Ministerio de Trabajo y Economía Social a laSexta, la postura que defienden desde su departamento es subirlo de acuerdo con la inflación, al menos con la estimación que se hace para el año que viene, en torno al 0,9%, similar a la subida de las pensiones o de las retribuciones a los funcionarios.

Sin embargo, estas mismas fuentes señalan que Asuntos Económicos, con Calviño al frente, no está a favor de esta subida. El debate en el Gobierno está servido y desde Trabajo recuerdan que sólo en 2012 y 2014, durante el Gobierno de Mariano Rajoy y con Fátima Báñez al frente de Empleo, no se actualizó el SMI.

"No sería comprensible" congelar el SMI

Díaz ha insistido en las últimas horas en que sería "una anomalía" que el Ejecutivo no revalorizara los salarios más bajos, cuando en "Portugal, Francia, Alemania y quince países más" sí lo están haciendo. Por tanto, para la responsable de Empleo "no sería comprensible" que los trabajadores que más lo necesitan se queden fuera de una subida que sí experimentarán los funcionarios, pensionistas o quienes se benefician de convenios colectivos.

Si se aplica la subida mínima que defiende trabajo, del 0,9%, la subida no llegaría a los nueve euros: 8,55 euros más, hasta situarse en 958,55. Lejos del incremento de 22,3% que el Gobierno de Sánchez aplicó en 2019 y también del 5,5% que se acordó, ya con Yolanda Díaz en Trabajo, a principios de 2020. Unas cifras muy lejos del pacto de investidura entre PSOE y Unidas Podemos, que contempla aumentarlo hasta los 1.200 euros al final de la legislatura.

Pero en una entrevista de este fin de semana a 'Colpisa', la vicepresidenta Calviño insistió en la prudencia, enfriando las posibilidades de un alza: "Estamos en un momento de gran incertidumbre, es preciso actuar con gran prudencia y la prioridad tiene que ser impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo".

Los desencuentros entre los ministros morados y la parte socialista del Gobierno se suelen solventar al más alto nivel, entre el presidente, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. En un acto en París para celebrar el 60 aniversario de la OCDE, el presidente Sánchez ha apuntado hacia dónde puede decantarse la balanza: "Ha llegado la hora de salarios justos, condiciones dignas de trabajo y un diálogo social reforzado, que nadie quede a la zaga. El Gobierno está comprometido a revertir esas tendencias, hemos aumentado el SMI, hemos creado una renta mínima de inserción para las familias más vulnerables y hemos protegido los empleos durante la pandemia".

Los sindicatos apoyan subirlo, pero no dicen cuánto

Los sindicatos no llevan una cifra cerrada de en cuánto debería incrementarse el SMI. Fuentes de CCOO a laSexta hablan de una horquilla entre el 0,9 y algo menos del 2% que van a aumentar los salarios por convenio, ya que la subida apenas sería demasiado abultada.

Más tajante ha sido el secretario general de UGT, Pepe Álvarez: "No hay margen para no aumentarlo", ha señalado. "Si Portugal lo sube en 4,7%, o Alemania lo sube un 2,5%, o Francia un 1%... No sé por qué España no va a aumentar el SMI. Esta medida va bien para los trabajadores, empresas, consumo y Seguridad Social, por lo que no hay ninguna razón para no subirlo”.

“Se habla mucho de las ayudas sociales durante la pandemia, pero de cada 4 euros invertidos, tres fueron a las empresas y uno solo ha ido a las políticas sociales. Hay que posibilitar que salgamos todos de esta crisis en buenas condiciones, sin dejar a nadie atrás”, ha destacado.

La patronal, contraria a la subida por la crisis en la hostelería y el comercio

Por parte de los empresarios, la CEOE se muestra claramente en contra de la subida. Según indican desde la patronal, su punto de partida es no tocarlo este año, ya que las empresas no están para subidas de salarios. Muchas de las empresas que pagan este sueldo son aquellas ahora mismo más afectadas por las restricciones, como el comercio o la hostelería.

"Con la situación en la que están las empresas, especialmente las más vulnerables; (...) desde luego, no es el momento de habar de estos temas", ha apuntado el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

Más categórico ha sido uno de los vicepresidentes de la patronal nacional y presidente de la catalana Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre: "Cuando estén los sectores salvados, ya hablaremos de salario mínimo", ha asegurado, para después apostillar que "hay empresas que están en una situación agónica y precisan ayuda hoy mismo".

Con todo, desde la patronal recuerdan que el establecimiento del SMI es una potestad del Gobierno previa consulta con los agentes sociales y podría incrementarlo sin acuerdo, como ya sucedió a finales de 2018, cuando subió 164,1 euros, un 22,3%.