La llave de la cuestión está ahora en manos del Banco Central Europeo. Mario Draghi, al frente de la institución bancaria europea, tiene tres opciones. La primera sería la de ampliar la línea de liquidez. Esta medida no permitiría la apertura de los bancos, sino que serviría para que Grecia mantuviera el corralito como hasta ahora: 60 euros por persona y día.

La segunda opción y más probable es la de mantener la línea de crédito actual. Esta medida provocaría en pocas horas la reducción de la cantidad de griegos que pueden sacar dinero de su banco. Por último, la tercera opción sería de la cerrar la línea de liquidez, lo que implicaría la quiebra de bancos griegos y dejaría al país al filo de la salida del euro.

En cuanto a Alexis Tsipras, sorprenden las conversaciones mantenidas por teléfono con Vladimir Putin, Mario Draghi y Angela Merkel. Además, el líder de Syriza ha conversado también con todos los líderes políticos griegos a excepción del representante de Amanecer Dorado. Su intención es conseguir una Grecia unida pese a haber conseguido una poderosa victoria con el aplastante 'no' en el referéndum.