La aseveración de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de que en España sale muy barato despedir, además de una sentencia pionera que eleva la indemnización por echar a una trabajadora, ha vuelto a poner sobre la mesa la reforma de estas compensaciones.

La reforma laboral que se cerró en 2021 no entró en la materia por el rechazo de los empresarios, pero los sindicatos UGT y CCOO ya denunciaron a finales del año pasado ante el Comité Europeo de Derechos Sociales a España por la baja cuantías de las indemnizaciones por despido. Desde entonces, la ministra ha ido proponiendo un concepto novedoso a la hora de valorar un despido: que se tenga en cuenta el perjuicio para el trabajador en función de su situación y no se establezca una única cuantía.

Así, por ejemplo, sería diferente despedir a un joven que está en el arranque de su carrera laboral o a una mujer de más de 50 años, cuya reinserción en el mercado laboral es compleja. Díaz lo postuló en unas jornadas organizadas por la APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica) el pasado octubre, pero vinculó su aprobación a la reforma del Estatuto de los Trabajadores.

En la actualidad, el despido improcedente se indemniza con 33 días por año trabajado hasta un total de 24 mensualidades. Con la reforma laboral de 2012 se rebajó la cuantía, que anteriormente era de 45 días por año trabajado hasta un máximo de 42 mensualidades.

Para la vicepresidenta, como sostuvo esta semana en el Congreso, en España este tipo de despido "no es caro", sino que, de hecho, "es demasiado barato". Incluso señaló que a muchas compañías "les sale a cuenta despedir" con esta compensación. "Esta escasa diferencia es una verdadera perversión del sistema que hace que no exista una protección efectiva ante los abusos", ha denunciado Yolanda Díaz, que ha incidido en que esto es muestra de una "patología" en el mercado laboral español, ya que, según ha dicho, España es los pocos países en Europa con un sistema de indemnizaciones similar.

En laSexta Clave hicimos las cuentas de lo que supone un despido improcedente y qué habría supuesto con una regulación anterior. Se pone el ejemplo de Laura: trabajó en una agencia de viajes durante 10 años hasta que fue despedida de forma improcedente. Tenía un sueldo bruto de 25.000 euros al año, aproximadamente el sueldo medio en España. La indemnización que le corresponde es de 2.300 euros por año trabajado. Es decir, unos 22.800 euros.

Lo cierto es que, a pesar de que en la última década esta norma se ha mantenido, no siempre ha sido así. En el 1976 había 60 días por año trabajado y 60 mensualidades. En ese entonces, Laura habría recibido más de 40.000 euros como indemnización, casi el doble que ahora.

Además, en los últimos días se ha conocido una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que puede cambiar las indemnizaciones por despido. La historia se remonta a 2019, cuando una mujer empleada como indefinida en la compañía BRS fue despedida en 2020.

Entonces, consideró que la indemnización que le dio su empresa, de 33 días por año trabajado, era insuficiente. Ahora, la justicia le ha dado la razón, elevando esos 33 días a 48.

Así, la empleada acabó recibiendo 4.435 euros en lugar de 941. Esta indemnización estaba en vigor desde la reforma laboral de 2012. Los jueces entienden que la empresa podría haber incluido a la mujer en el ERTE y que con el despido la indemnización fue notoriamente insuficiente.