Tsipras se ha mantenido firme en la convocatoria del referéndum, a pesar de que a lo largo de la semana se ha mostrado dispuesto a hacer algunas concesiones a la troika. Algo que ha puesto en duda el sentido de la consulta popular.
El profesor de economía de la Universidad Complutense de Madrid, Jorge Fonseca, explica que "con el referéndum, Tsipras cumple con sus promesas de Gobierno". En cuanto al hecho de que Grecia acepte las condiciones de la troika, Fonseca, asegura que "sería condenar a los griegos a décadas de pobreza".
Por su parte, Rafael Pampillón, catedrático de Economía de la Universidad San Pablo Ceu, dice que "es un referéndum improvisado que tiene grandes dificultades para que se haga con las debidas condiciones".
Según el profesor del IESE Business School, José Ramón Pin, "lo que quiere Tsipras es tener una fuerza, un aval posterior de lo que él diría 'el pueblo me dice esto'". Pero si gana el 'sí', el órdago del Gobierno griego habría fracasado y, según Fonseca, "la troika habrá demostrado que puede arrodillar a través del chantaje y atemorizar a un pueblo para llevarle a votar en contra de sus intereses".
Si gana el 'sí', dice Pin, "lo que pasará es que el Gobierno de Syriza dimitirá, habrá unas nuevas elecciones o un nuevo gobierno". Pampillón asevera que si sale el sí " quiere decir que los griegos aceptan las condiciones de la troika, es decir, los acreedores". Las condiciones que se aceptarían con el sí, según Pampillón, "pasan por la privatización de empresas públicas".
Sería el pueblo griego, una vez más, el que tras cinco años de duros recortes tendría que someterse a más ajustes. Según Fonseca, si esto pasa, "seguirán las llamadas políticas de austeridad que, en realidad, son de destrucción social". Sin embargo, Pampillón asegura que el con el 'si' a Grecia "se le va a reducir su deuda, la economía va a crecer a medio y largo plazo, y el futuro de la economía va a ser mejor".
Si, por el contrario, gana el 'no', Tsipras reforzará su posición y estaría cada vez más cerca de un acuerdo para reestructurar la cuerda. Fonseca cree que con el 'no', "el Gobierno volvería a negociar con mejores condiciones, y en condiciones de reducción importante de quita de la deuda, habría acuerdo".
Las consecuencias del 'no' según Pampillón, es probable que "Grecia siga en el euro, pero el respaldo popular le va a ayudar a que las propuestas que proponen los acreedores se puedan cambiar". Lo que significaría, además, un duro revés a las políticas económicas europeas, el próximo lunes serán las bolsas europeas las encargadas de medir el impacto europeo.