La OCDE considera que, pese a las dificultades financieras que atraviesan muchos países, deben mantenerse las ayudas a los parados más vulnerables, en particular a los que sufren situaciones de desempleo de larga duración, al tiempo que se aplican incentivos para la vuelta a la actividad.

Estas son algunas de las conclusiones del informe de Perspectivas sobre el Empleo, en el que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico apuesta incluso por "reforzar los sistemas de un ingreso mínimo garantizado, en particular donde el paro de larga duración es muy prolongado y cuando las personas afectadas no tienen acceso a otras ayudas".

La organización constata que, con la persistencia de la crisis, los programas sociales que han amortiguado su impacto han visto incrementar el número de personas que lo necesitan, mientras que los recursos para financiarlos a menudo han bajado.

Frente al desafío de los gobiernos de "hacer más con menos", estima que "la respuesta apropiada pasa necesariamente por una combinación de medidas sociales y políticas de activación que aporten una garantía de ingreso adecuado a los más vulnerables que les incite a reanudar una actividad o a preparar mejor su reinserción" con una mejora de sus capacidades.