Arrastran a uno de ellos por el suelo y rápidamente se organizan en dos grupos. Si se atiende al vídeo se puede comprobar que todos los agentes llevan armas extensibles. Es un momento de tensión, por eso no dudan en sacarla y con esto, se delatan. “Pueden ser pillados y en ese caso, sus vidas corren un grave peligro”, asegura Serafín Giraldo, Portavoz del sindicato de Policía UFP.

En la pelea, los Mossos responden rápidamente y en cuestión de segundos llegan los refuerzos. “Se hace un trabajo de seguridad en la vía pública, y el objetivo es simplemente garantizar la seguridad de las personas que están ejerciendo su derecho constitucional a manifestarse pacíficamente”, justifica Valentín Anadón, Portavoz del sindicato de los Mossos SAP-UGT.

La infiltración es una técnica habitual, porque aseguran que es la única forma de detectar cuándo se van a llevar a cabo actos violentos. Pueden recibir golpes de las personas violentas o de sus propios compañeros, como pasó en la manifestación del 25S. Los agentes infiltrados se organizan en grupo para que nunca se quede uno solo. Cuando deciden detener a alguien, se avisan para cubrirse.