Los productores de miel han salido a la calle en una veintena de ciudades para protestar contra las envasadoras porque dicen que la forma de etiquetar las mieles, hacen que las puras, que son las que ellos producen, se pierdan en el mercado.

"Cuando utilizamos la palabra miel parece que entra cualquier cosa que sea edulcorante y que tenga ciertos matices a aromas o sabores florales y la miel es un alimento mucho más complejo", afirma uno de los manifestantes.

Para los consumidores el etiquetado conlleva un fraude. Actualmente en las mieles comerciales encontramos siropes, agua e incluso un antibiótico: el clorafenicol. "Algunas están sometidas a unos procedimientos que estropean los beneficios que tiene la miel", explica la nutricionista Carmen Martín.

La petición de los productores es que se realicen cuatro cambios en las etiquetas. Que se especifiquen los países de procedencia de la miel y el porcentaje de cada una de ellas, que si se calienta a más de 45 grados no se llame miel, sino edulcorante a base de miel y que no se permita el microfiltrado.

El jueves estarán frente al Congreso para pedir cambios en las leyes de etiquetado que protejan al consumidor y que le devuelvan a su producto el lugar que merece.