Este es uno de los
resultados que extrae la duodécima edición del informe sobre la evolución
salarial entre los años 2007 y 2018 que han elaborado la consultora ICSA y la
escuela de negocios EADA y en el que analizan las retribuciones salariales de
directivos, mandos intermedios y trabajadores en España.
Así, el sueldo del
trabajador medio español ha permanecido estancado en 2018, situándose en los
22.819 euros anuales, un 0,11% más que en 2017, lo que se traduce en un aumento
de 26 euros en el año.
Son las posiciones
elevadas las que han registrado una mayor subida salarial en el último año: en
concreto, el sueldo medio de los directivos se ha situado en 2018 en los 81.059
euros (+2,48 %), mientras que el de los mandos intermedios ha crecido un 2,65 %
interanual, alcanzando los 41.507 euros mensuales.
"Los incrementos no
han sido espectaculares ni mucho menos. Pero la cultura de estos últimos 12
años ha sido de mucha prudencia, con la idea de mantener la sostenibilidad de
las organizaciones después de 2007.
Hoy tenemos una economía
mucho más tocada tras 10 o 12 años de recesión", ha explicado en rueda de
prensa el presidente de ICSA, Ernest Poveda. Respecto a 2007, directivos y
mandos intermedios han incrementado su poder adquisitivo en un 1,18 y un 2,46
%, respectivamente, mientras que los empleados han perdido un 0,3 % del suyo,
con una inflación acumulada desde el inicio de la crisis hasta 2018 del 16,8 %.
Por comunidades
autónomas, Navarra lidera las retribuciones de empleados más altas, con un
sueldo medio de 25.967 euros, seguido de Madrid (24.026 euros), Cataluña
(23.171 euros), País Vasco (22.223 euros) y Asturias (22.181 euros), mientras
que La Rioja y Extremadura son las autonomías con salarios más bajos, de 19.233
y 18.884 euros, respectivamente.
En cuanto a los salarios
de los directivos, Madrid y Cataluña encabezan la lista con sueldos de 82.310 y
85.347 euros anuales, respectivamente, y en las posiciones de mando
intermedias, los salarios más elevados se ubican también en Madrid, con 43.703
euros, y en Cataluña, con 42.148.
Por otro lado, el
presidente de ICSA ha destacado la mejora salarial que se ha producido en la
industria, donde un trabajador medio puede cobrar 25.099 euros anuales y un
directivo, 85.416. También ha habido "una cierta recuperación" en los
mandos intermedios del sector de la construcción, con un salario que llega a
los 40.833 euros anuales.
No obstante, es el
sector de la banca y los seguros el que más repunta, con retribuciones anuales
que alcanzan los 91.071 euros para los directivos y los 26.395 en el caso del
trabajador, mientras que los salarios más bajos se corresponden con el sector
turístico y comercial, con un salario anual de 18.583 euros para el empleado.
En un sector tan
estratégico para la economía española como es el turismo, "sorprende que
se siga retribuyendo tan mal a sus empleados. Estos salarios nos llevan a tener
servicios de peor calidad y que pierden valor añadido", ha asegurado
Poveda.
A pesar de las mejoras
retributivas en determinadas posiciones y de que en algunos casos éstas ya
alcanzan los niveles previos a la crisis, tanto Poveda como el profesor Jordi
Costa, de EADA, consideran "preocupante" que todavía no se hayan
recuperado todos los salarios y que, además, aún haya más de 3 millones de parados.
Respecto al incremento
del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), Costa ha recordado que beneficiará
aproximadamente a un 4 % de los asalariados, por lo que "habrá que esperar
para comprobar el efecto que tendrá sobre el empleo y la negociación
colectiva", pero considera que "el impacto colectivo será
mínimo".
En ese sentido, el
presidente de ICSA ha señalado que "quizás sería más razonable y
sostenible indexar las actualizaciones retributivas a los resultados de las
empresas, cambiando los modelos de cálculo tradicionales por otro más
enfocados, por ejemplo, a la productividad o a la consecución de
objetivos".
Poveda ha insistido en
la necesidad de replantear este modelo retributivo para lograr una distribución
equitativa y, sobre todo, un modelo "individualizado, no por
sectores", para evitar el "café para todos" que, al final, no
genera mejoras sustanciales.