El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha rebajado en dos décimas el dato de inflación al cierre de 2021 respecto a su avance de hace quince días, hasta situarla en el 6,5%, que aun así se convierte en la tasa más alta desde mayo de 1992.

Así se desprende del Índice de Precios de Consumo (IPC) correspondiente a diciembre, divulgado este viernes, y que refleja un aumento de un punto respecto a la cifra de noviembre (5,5 %).

La subida de los precios en comparación con el último mes de 2020 vuelve a estar marcada por el fuerte encarecimiento de la electricidad, tal y como ha ocurrido en los últimos meses, a la que se han sumado otros componentes como la alimentación y el segmento de hoteles, cafés y restaurantes. Esta subida fue moderada por la disminución de los precios los carburantes y lubricantes para el transporte personal, que subieron el año anterior.

La tasa de inflación subyacente -que no incluye los precios energéticos ni de los productos frescos, más volátiles- se situó en el 2,1%, el precio más alto desde marzo de 2013.

Concretamente, la electricidad se disparó un 72 % en tasa interanual, en contraste con el repunte de noviembre, cuando aumentó un 46 %; sin tener en cuenta las bajadas de impuestos sobre la luz, la subida sería del 96,8 %.

En el apartado de energía y combustibles, el gas natural se incrementó en un 11,3 %, exactamente el mismo porcentaje que un mes antes, y tanto el gasóleo como la gasolina se ralentizaron en diciembre hasta cerrar el año en el 24,6 y el 23%, respectivamente.

Los alimentos y bebidas no alcohólicas se encarecieron un 5 %, casi dos puntos por encima del dato de noviembre, con notables subidas en legumbres y hortalizas, pan y cereales y carne.

Los precios en hoteles, cafés y restaurantes crecieron, por su parte, un 3,1 %, una evolución al alza relacionada con la caída de los servicios de alojamiento hace un año por la pandemia.

Además de la electricidad, los productos que más subieron en 2021 fueron los combustibles líquidos (45,4 %), el butano y el propano (33,3 %), los hoteles y hostales (31,9 %), otros aceites (30,5 %) y el aceite de oliva (26,7 %).

Del lado contrario, las caídas más notables las protagonizaron peajes y aparcamientos (22,5 %), seguidos por teléfonos móviles (5,1 %), transporte de pasajeros por mar (3,6 %) y otros soportes informáticos (2 %).

El IPC general refleja una escalada continua desde el mes de febrero, cuando la inflación se situó en el 0,0 %, para posteriormente ir subiendo al 1,3 % en marzo; al 2,2 % en abril; 2,7 % en mayo y junio; 2,9 % en julio; 3,3 % en agosto; 4 % en septiembre; 5,4 % en octubre; 5,5 % en noviembre, y finalmente el 6,5 % en diciembre. La inflación media del ejercicio 2021 alcanzó el 3,1 %, lo que supone la cifra más alta en la última década.

Los precios de los alimentos despegan un 28%

El precio de los alimentos a nivel mundial aumentó en 2021 un 28%. Aunque durante el mes de diciembre los precios bajaron ligeramente, hace 50 años que no se alcanzaban unos niveles tan altos. Son datos de la FAO (La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), que advierte, además, de que no cree que la situación mejore a lo largo de 2022.

Los aceites vegetales han sido el producto que se ha vuelto más inalcanzable para muchos, pues se han un encarecido un 66%. Pero lo más preocupante es el caso de los cereales, que son la base de la dieta de gran parte de la población mundial y en 2021 han incrementado su precio un 27%. Es decir, con el dinero con el que el año pasado pagábamos un kilo de cereales, este año podemos comprar menos de 750 gramos.