Telefónica es quizá la multinacional española más conocida en nuestro país, y que también ha mutado constantemente a lo largo de su historia tanto como la propia España. Este lunes, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) de España ha entrado con un 3% en el capital de Telefónica, tras adquirir acciones por casi 700 millones de euros (unos 758 millones de dólares), con lo que la multinacional española, presente en América, vuelve a tener capital público por primera vez desde su privatización en 1997.
Si los planes del Gobierno salen bien, la SEPI se convertirá en el primer accionista de la empresa con el 10% de las acciones, desembolsando unos 2.000 millones de euros.
Convertirse en accionista mayoritario implicará cambios en el consejo de administración. Con ese porcentaje, el Estado tendría al menos un puesto, como la saudí STC si finalmente ejecuta todo su derecho de compra y se convierte en segundo accionista con el 9,9%. Ante esto, ¿qué cambios operativos traerá la operación? ¿Cuál es el futuro de la compañía?
Influencia política, ¿o no?
En diciembre del pasado año, Telefónica lanzó un comunicado sobre la operación anunciada por la SEPI horas antes, en el que aseguraba que no cambiaría de rumbo, que "continúa enfocada en la ejecución del Plan Estratégico 2023-2026".
Hubo reacciones de todo tipo, desde Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, que pidió "que la política no invada a una compañía bien gestionada", hasta en el sentido contrario Ernest Urtasun, ministro de Cultura y portavoz de Sumar, que consideraba que es una oportunidad "para recuperar una política industrial que jamás deberíamos haber pedido".
El consejo de administración actual, reformado hace tan solo unos meses, lo forman 15 consejeros, contando a los dos ejecutivos que son José María Álvarez-Pallete, consejero y presidente ejecutivo, y Ángel Vilá, consejero delegado y ejecutivo. Este órgano, según sus estatutos, podría variar en miembros hasta llegar a los 20, y el Estado tendría derecho a tener al menos un representante con el 10% de participación, aunque podría llegar a tener dos, como también STC Group.
En estos momentos, las entidades bancarias Caixabank y BBVA también cuentan con un puesto cada uno. Si las dos mantienen sus posiciones, y junto a ellas siguen los al menos dos consejeros cercanos a la dirección ejecutiva y al Gobierno, supondría que, pese a la agitación, el equilibrio de fuerzas en el consejo de administración se mantendría intacto, a pesar del aterrizaje de Arabia Saudí en el accionariado.
¿Cuánto costará y cuándo se cerrará la operación?
La capitalización de Telefónica ronda los 21.000 millones, por lo que es probable que la operación se cierre en unos 2.000, según los analistas. Pese a las subidas, expertos como Javier Molina, analista senior de eToro, creen que el precio que marcan ahora las acciones son un techo, que el mercado no está interesado en Telefónica, porque la compañía ha crecido este año menos de un 8%, mientras el Ibex en su conjunto ha escalado un 25%. Telefónica es un vagón de cola en el índice.
Molina también destaca que esos 2.000 millones representan las operaciones del capital de Telefónica durante unos dos meses, por lo que si la SEPI decide ir al mercado a comprar acciones, "la operación debe hacerse muy pausada y durante mucho tiempo". Para no esperar demasiados meses, la SEPI podría optar por comprarle su parte a otro accionista. Los más relevantes son Caixabank, con un 3,5% y CriteriaCaixa con el 2,52%; BBVA con el 4,87%, o el fondo estadounidense Blackrock con el 4,48%.
Y todo en medio de un ERE
A principios de este año, Telefónica firmó un ERE que supondrá la salida de 3.421 empleados mayores de 55 años de la compañía, el primer despido colectivo que la empresa ejecuta en una década y que tendrá un coste de 1.300 millones de euros para la empresa más impuestos.
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