"Las compras compulsivas son una adicción en toda regla y se caracterizan por un afán incontrolado, impulsivo y exagerado por adquirir objetos que no necesitamos. Vienen precedidas por una ansiedad o angustia que no se ha podido erradicar de otra manera, que suele apaciguarse temporalmente y nunca del todo durante las compras, pero que tiene un precio posterior psicológico en forma de culpa, arrepentimiento y tristeza que refuerza de nuevo la actitud compulsiva y por ende la adicción", ha afirmado la psicóloga clínica Amaya Terrón.
La psicóloga ha explicado que no existe un perfil específico para sufrir esta enfermedad, ya que nadie está a salvo de padecerla, "pero las personas que emiten conductas de este estilo suelen tener una ansiedad generalizada que intentan compensar con actuaciones compulsivas como las compras innecesarias", ha puntualizado. Suelen ser mujeres, de entre 30 y 40 años, con antecedentes de ansiedad o depresión no tratadas y con sentimientos de soledad o aislamiento.
"Aunque el efecto de las compras es superficial o poco duradero es una forma de huir de los sentimientos negativos preexistentes y la gente entra en una dinámica verdaderamente adictiva desde entonces. Es precisamente esta satisfacción inmediata, aunque vacía y poco duradera, la que refuerza de nuevo el circulo vicioso", ha añadido Amaya Terrón.
Los problemas derivados de ser un comprador compulsivo son múltiples y variados, ya que no es solo lo que muestra la conducta, sino la ansiedad que está detrás de ese comportamiento. Un estudio del Observatorio Cetelem ha revelado que los españoles gastarán 241 euros de media durante estas rebajas, un incremento del 9 por ciento respecto al año anterior.
Esto, en los casos más extremos, puede derivar en primer lugar en consecuencias económicas, pero no son las únicas. También pueden darse consecuencias psicológicas como la culpa o el resentimiento; familiares, como los engaños para obtener dinero; y ocultaciones del problema que impiden tratar la adicción y superarla.
Esta adicción es silenciosa porque no es fácil de identificar, no está mal vista por la sociedad, está muy enmascarada por las personas que la sufren y es difícil que reconozcan que la padecen hasta que las consecuencias son desastrosas, por lo que tiene un doble peligro.
Para hacer un buen uso de las rebajas, disfrutarlas y evitar las compras compulsivas la doctora Terrón recomienda realizar una lista de lo que se desea sin excederse y fijar un presupuesto máximo para gastar, de esta manera se parte de una base real y con unos límites de qué se debe comprar y cuánto se puede gastar. En esta lista se puede incluir algún capricho, siempre estableciendo previamente cuál va a ser, y no excederse de lo acordado.
Una vez en las tiendas es conveniente mirar el producto que se desea en varias de ellas, evitando las ofertas engañosas y decantándose por el más económico. Evitar las prisas durante la jornada de compras también ayuda, puesto que si vas con prisas puede que adquieras más de lo necesario.
Antes y después de las compras, además, se debe hacer un ejercicio mental para detectar emociones tóxicas. Si previamente experimentas algún tipo de ansiedad, malestar o preocupación lo mejor es evitar salir a comprar en ese momento.
Si al regresar a casa tras la jornada de rebajas se tienen sentimientos de culpa y sentimientos negativos se debe reconocer que la situación actual no era la correcta y aceptar la adicción para poder superarla.
Según 'The Economist'
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