Cuidado con el reflejo del sol en la nieve…

"El frío, la nieve, la niebla y el viento son factores de riesgo para nuestros ojos cuando hacemos ejercicio al aire libre durante el invierno tales como el esquí, el snowboard o el alpinismo. Las dolencias más habituales que pueden aparecer son la queratoconjuntivitis solar (inflamación de la conjuntiva y de la córnea, también llamada oftalmia de la nieve) y las úlceras corneales", explica el Dr. Fernando Llovet, Director Médico de Clínica Baviera.

¿Qué efectos tiene?

"Habitualmente los síntomas de la oftalmia de la nieve aparecen entre cuatro y seis horas después de la exposición a la radiación ultravioleta. Por eso, casi siempre las personas afectadas ya están en sus casas cuando comienzan a sentir molestias como una sensación similar a la de tener un cuerpo extraño en el ojo, lagrimeo y fotofobia, ojos rojos, dolor de cabeza, visión borrosa y/o disminución de la agudeza visual. En caso de sufrir estos síntomas se recomienda acudir cuanto antes a un oftalmólogo que estudiará el caso", añade.

¿Sabes elegir las gafas adecuadas?

El Dr. Fernando Llovet, Director Médico de Clínica Baviera, indica que "la medida preventiva por excelencia para evitar este tipo de lesiones es protegerse de la radiación ultravioleta utilizando gafas oscuras con filtro UV adecuado (se recomienda el filtro 4 para la práctica de estos deportes) y que cubran el ojo por completo".

Los filtros van del 0 al 4 (en función del grado de intensidad con el que filtra la luz visible y teniendo en cuenta la clasificación de la Unión Europea):

  • Categoría 0.- Este filtro reduce hasta un 20% la luz visible y se recomienda como gafas de confort.
  • Categoría 1.- Minimiza la luz entre un 20 y un 57% y es adecuada para actividades como caminar por la ciudad.
  • Categoría 2.- Disminuye la luz entre el 57 y el 82% y es idónea para deportes al aire libre como pasear e ir en bicicleta.
  • Categoría 3.- Son apropiadas para deportes en zonas de mucho sol como playa, mar y montaña, ya que reducen entre el 82 y el 92% de luminosidad.
  • Categoría 4.- Cuenta con una protección muy alta, de entre el 92 y el 98%, lo que las convierten en indispensables para actividades en alta montaña y deportes acuáticos intensos.

El frío también afecta a la piel

La nieve, y por ende el frío, afecta a la salud de tu piel, sobre todo, porque aumenta su sequedad debido a la exposición a agresiones externas por la climatología. Una piel seca provocada por el frío se caracteriza por una falta de lípidos y después de agua (deshidratación).

"En una piel seca se produce una alteración de la barrera física de la piel que da lugar a un picor, descamación y una posterior penetración facilitada de microorganismos", explica Isabel Soria, formadora de Pierre Fabre Dermocosmética. "Los signos más visibles de una piel seca son: piel apagada y mate, textura fina y tupida, arrugas, rojeces, irritación fácil y, a veces, descamación", añade.

"Es aconsejable utilizar productos de higiene, cuidado y complementos que ayuden a reparar la barrera cutánea y prevenir la sequedad. Hay proteger especialmente las zonas más expuestas al frío como el rostro, manos y/o labios. Especialmente porque las manos y los labios tienen una elevada sensibilidad a la tirantez, al malestar y a la sequedad", indica Isabel Soria.

El cabello también sufre

"El frío tiene un efecto vasoconstrictor sobre el cuero cabelludo. La red venosa no funciona con total fluidez y las glándulas sebáceas no trabajan como deberían, por lo que no lo hidratan lo suficiente. Por otro lado, el aire frío y seco provoca que la cutícula del cabello se levante, originando un aumento de la rotura del cabello y del encrespamiento debido a que no ha podido retener la humedad", explica Alfonso Martínez Arias, director del salón HairKrone Caleruega.

"Si, además, vamos a practicar deporte al aire libre como el esquí, el cabello se expone a la incidencia de los rayos ultravioleta porque el sol se refleja en la nieve y nuestro cuero cabelludo puede terminar con quemaduras. Para estos casos recomendaríamos utilizar un protector solar para el cabello".

Aspecto más débil y apagado

"Debido a la incidencia del frío nuestro cabello tiende a lucir más débil y sin brillo. Para estos casos es importante utilizar un champú y acondicionador fortalecedores e hidratantes, que puedan devolverle la fuerza y luz a nuestro cabello", añade Martínez Arias.

Aparición de otros problemas: caspa y descamación

"El problema de la caspa y la descamación puede agravarse por el mismo motivo. El aire frío reseca el cuero cabelludo, si a esto le sumamos una ligera tendencia a descamación o caspa, nos encontraremos con unas mayores consecuencias en los meses de invierno. En el caso de tener una descamación fuerte, podríamos tratarlo con un 'peeling' capilar", indica el director del salón HairKrone Caleruega.