Diego Bello, surfista español tiroteado en Filipinas, más concretamente e, Siargao, pudo ser víctima de un montaje policial. Así lo cuenta 'El País', tras haberse hecho pública la investigación de los hechos que acabaron con el hombre nacido en La Coruña.

Según dice el informe de la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas, Bello fue víctima de una ejecución extrajudicial llevada a cabo por la Policía.

Tal y como cuentan, la Policía filipina quiso hacer pasar a Diego Bello por un narcotraficante español que, además, opuso resistencia en el momento de su detención.

La versión que dio en su día el jefe del operativo fue el de "legítima defensa" y que el surfista disparó primero. Eso fue rápidamente desmontado por los testimonios de su novia, de sus vecinos y también por las imágenes de las cámaras de seguridad.

Bello murió tiroteado detrás de un muro cerca de su casa, y con una pistola y una riñonera en cuyo interior había una bolsa con cocaína. La novia del surfista, sin embargo, dijo no haber oído dsiaros después de que él bajase de la moto y fuera a entrar en la casa. Tampoco se escucharon gritos.

Además, las cámaras de seguridad del bar en el que estuvo con sus amigos hasta la 01:00 no vieron que llevase en momento alguno ni riñonera ni nada por el estilo.

Según el informe de la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas, el gobernador de la provincia de Camarines Sur tenía otro local que era competencia del bar de copas y del restaurante que regentaba Bello.

El Policía local al mando, que llegó al cargo en ese momento, era amigo del gobernador y ahí comenzaría el plan para hacer pasar a Diego Bello por narcotraficante.

En Madrid, una vez repatriado el cadáver, se le realizó una autopsia que no halló restos de pólvora en sus manos, y el Instituto de Medicina Legal de Madrid sostiene que no consumió droga alguna en al menos los últimos ocho meses.

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