El tiempo juega en su contra, pero Kipchoge no se rinde. Bajar de las dos horas es el objetivo que debe superar el próximo 12 de octubre en Viena.

42 kilómetros en una recta a un ritmo de 2.50 por kilómetro. Para conseguirlo, ya tiene a sus tres liebres. Los hermanos Ingebrigtsen serán los mejor pagados de la historia para marcar el ritmo del campeón.

Tres corredores a la altura de un desafío inhumano. Porque Kipchoge no es de este planeta. A punto estuvo de conseguirlo en 2017, cuando se quedó a 25 segundos.

Ahora, con su equipo ya formado, vuelve a retar al reloj escribiendo a toda velocidad una página en la historia.