La historia de superación de David Mzee traspasa fronteras y las leyes de la imaginación. Tras sus 400 metros no solo se esconde la figura de este héroe, sino la de muchos años de tecnología y trabajo.

Un accidente en un trampolín le dejó en silla de ruedas. Tras años de esfuerzo, fue sometido a una cirugía radical en la que se le introdujo un implante. Un mecanimo mediante el cual la columna vertebral recibe estímulos para que los nervios se regeneren.

Es una de las tres personas que lo lleva y los avances son asombrosos. Su sonrisa es el fruto del esfuerzo y de la ciencia.