El Staples Center de Los Ángeles albergará durante la madrugada del sábado al domingo un combate que ha levantado muchísima expectación en los últimos meses. Mike Tyson, de 54 años, y Roy Jones Jr., de 51, enfrentarán el 28 de noviembre en una pelea en la que ambos luchadores regresan de su retiro.

De hecho, 'Iron Mike' vuelve al cuadrilátero 15 años después de bajarse de él. En una entrevista concedida a 'Hotboxin', ha confesado su mayor miedo, que de hecho viene precedido de su (loca) época de boxeador.

Tal y como él ha relatado, en una velada en la que se iba a ver las caras con Tommy Morrison, su rival no llegó a subir al ring. Tyson pensó que se debía a una lesión, aunque tiempo después supo que había otro motivo, que a su vez incrementó su preocupación por un estado de salud.

"Siempre había tenido miedo de hacerme la prueba del sida. Estaba a punto de pelear y Morrison era el boxeador cabeza de cartel, y entra un médico amigo mío a mi vestuario y me dice que él no iba a pelear esa noche y que no creía que fuera a pelear nunca", señaló el púgil, que no llegó a pensar que se debiese a una infección por VIH.

"Tenía VIH y por eso cancelaron su pelea. Yo estaba hecho un lío. Si él se contagió... Sé que él no se metía en más líos que yo. Pensaba que estaba muerto", añadió Tyson.

Años después del combate anulado, en 2013, Morrison falleció a causa de una acidosis respiratoria y metabólica e insuficiencia orgánica múltiple, enfermedades derivadas del sida, aunque su mujer, Trisha Morrison, quiso desmentir la supuesta causa de su muerte: aseguró que falleció por el síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad neurológica.

Su combate contra Roy Jones Jr., 'cannabis free'

Según apunta 'Boxing Scene', la pelea entre Tyson y Jones Jr. estará exenta de controles de marihuana por parte del VADA, organismo a cargo de los análisis.

Sí se someterán a otros para detectar si han consumido distintas sustancias estupefacientes o dopantes en los días previos a la pelea.

Cabe reseñar que Mike Tyson es un fumador de cannabis reconocido. De hecho, es propietario de una enorme plantación en California y firmó el contrato del combate mientras fumaba un 'porro'.