El Gran Premio de Gran Bretaña no para de dejarnos momentos surrealistas. El viernes, una piedra golpeó en la mano a Lance Stroll, este sábado, en la tercera sesión de libres, Lando Norris salió a pista con un ventilador en su McLaren, pero la palma se la ha llevado Max Verstappen en la clasificación.

Tras la bandera roja provocada por la avería de Kevin Magnussen, el bicampeón del mundo se disponía a salir de nuevo a pista, pero se quedó parado en la calle de boxes.

Nadie sabía qué le pasaba al neerlandés hasta que, al dar marcha atrás, se vio que su alerón delantero estaba completamente destrozado. Verstappen había impactado con el muro al sacar el coche del garaje. El RB19 no giró y Max se quedó estancado.

"He tenido sobreviraje. Simplemente no tenía agarre", dijo el neerlandés por la radio. Sin embargo, la sesión todavía no se había reanudado, por lo que sus mecánicos pudieron meter de nuevo el coche en el garaje y cambiarle el alerón delantero, y Verstappen pudo salir de nuevo a pista y pasar a la Q2 sin mayores problemas.