Sergio 'Checo' Pérez se sintió como en casa en Miami. Una gran cantidad de mexicanos presentes en las gradas se volcaron con su compatriota durante todo el Gran Premio, pero el piloto de Red Bull se quedó fuera del podio y no terminó la prueba con un buen sabor de boca.
El de Guadalajara no rehuyó de una gran lucha con Carlos Sainz por el tercer puesto, pero unos problemas en el motor de su monoplaza, el RB18, pasaron factura al azteca. Al final de la carrera, Pérez mostró su gran decepción por el resultado obtenido finalmente.
"No pude hacer nada, tenía demasiado déficit en el motor, por más que lo intentaba en las curvas, y sobrecalenté los neumáticos, no pude alcanzar a Carlos, tenía el DRS, pero no pude hacer nada. Recuperé un poco, pero nunca lo suficiente, fue un desastre total, tenía que apretar mucho en las curvas porque en las rectas perdía mucho. Ni con el DRS pude alcanzar a Carlos", confesó.
Desde la propia escudería austriaca optaron por pedir disculpas por radio a su piloto según cruzó la línea de meta. "Impresionante trabajo Checo, lo siento por esa falta de potencia que tuviste. Habría sido un doble podio", se pudo escuchar al jefe de equipo, Christian Horner. A lo que respondió: "Tenemos que solucionar ese problemas, chicos".
A punto de vivir un 'déjà vu' estuvo el mexicano, que ya se vio obligado a abandonar en Bahrein. Horner quiso profundizar más en lo sucedido: "Tuvimos un problema con un sensor en el motor de Checo. Los chicos lograron solucionarlo, pero perdió como 30 caballos de potencia debido a ello. Estuvo perdiendo medio segundo por vuelta".