Fernando Alonso lo ha vuelto a hacer. El asturiano se ha sacado de la manga, de la chistera, una de esas vueltas extraordinarias que hacen pensar y no poco en el significado de la palabra 'imposible' para colocar al Aston Martin, al AMR24, en la quinta plaza de la parrilla del GP de Japón. Todo, gracias a una Q3 sencillamente milagrosa.

Porque ese 1:28.686 no es fácil. Ni mucho menos fácil. Menos aún viendo cómo ha quedado Lance Stroll, su compañero. El canadiense, mientras el asturiano ponía a Aston Martin como candidato al podio, caía en Q1 junto con Gasly, Magnussen, Sargean y Zhou.

Ahí seguía Alonso. Un Alonso que hizo algo que ni él mismo pensaba que podía hacer... y así lo dijo por radio a su equipo.

"¡Ya no sé qué más hacer para ir más rápido, amigo! Pensaba que ya era una vuelta buena", dijo Fernando cuando estaba a décima y media de Sainz.

Imagen

Luego, con gomas nuevas, se puso a 4 milésimas de Carlos. Una brutalidad. Una salvajada. Simple y llanamente. Porque lo que hizo Alonso no puede casi ni encontrar adjetivo alguno.

"He dicho eso por radio. Luego hice una vuelta de esas, por encima de las posibilidades. Ha salido bien. Son vueltas al límite del bien y del mal, que o te salen cruz o te salen cara. Hoy salió cara", cuenta.

Eso sí, recuerda lo que le sucedió en Australia: "En Melbourne, en la curva 6, no fue así y dañé el suelo".

El caso es que Fernando Alonso está en la quinta plaza de salida. Está en una posición para pelear por el podio en un GP de Japón en el que, posiblemente, pueda caer agua. Sí, se puede venir la locura en la pista de Suzuka.