En su año de debut con Mercedes, George Russell está demostrando por qué tiene madera de campeón del mundo. Con un a veces ingobernable W13, y con Ferrari y Red Bull en un escalón superior en términos de potencia, el ex de Williams está fraguando un arranque de temporada excepcional.

En las ocho primeras carreras, el británico ha sumado tres podios, lo que le coloca en cuarto lugar del Mundial de Pilotos con 99 puntos, estando incluso por delante de Carlos Sainz.

En contraposición, su compañero de equipo, Lewis Hamilton, se está mostrando muy incómodo al volante y, aun habiendo logrado un podio, está perdiendo su batallacon Russell y es sexto con 62 unidades.

El carácter del heptacampeón ya está comenzando a aflorar y la gota que colmó el vaso fue el excesivo 'porpoising' de Mercedes en Bakú, que terminó con el británico con serios problemas de espalda.

"Hubo muchos momentos en los que no sabía si lo iba a conseguir. Simplemente si iba a mantener el coche en pista, por que no sé si lo habéis visto, pero casi perdí el control a alta velocidad varias veces. Al final, en las últimas 10 vueltas hasta la bandera a cuadros, solo tenía que ir diciéndome por dentro en plan 'puedes hacerlo, lo tienes. Solo aguanta'", ha señalado el de Stevenage.

De hecho, ha confesado que estuvo cerca de tener un accidente: "Rebotaba mucho. Hubo muchas veces que estuve a punto de ir contra el muro. Así que esa era una preocupación, en cuanto a la seguridad, a casi 300 km/h, chocar contra el muro. No creo que hasta ahora en mi carrera como piloto haya tenido que pensar demasiado en eso".

"Realmente nunca piensas en tener que mantener el coche fuera del muro a esa alta velocidad. Una experiencia muy, muy, muy extraña", ha añadido en declaraciones recogidas por 'Motorsport'.

Eso sí, no ha dudado en señalar a Mercedes por sus diferencias con Russell: "Estoy contento de que terminar la carrera. Ha sido la carrera más dolorosa que he vivido, la más dura que he experimentado. Pero, sinceramente, George no tuvo el mismo rebote que yo, tuvo mucho menos rebote".

"El sábado perdí tres décimas y media con él solo en las rectas. Tenía una pieza experimental en mi coche y una suspensión trasera diferente. Así que, al final, es la configuración equivocada", explica.

"Hay mucho potencial en este coche. Simplemente no podemos sacarlo del todo hasta que acabemos con este rebote. Pero tenemos un coche de aspecto muy diferente al de los demás. Tengo que echar un vistazo y ver si eso es lo correcto o no", ha zanjado Hamilton, mostrándose escéptico con el coche.