Una revolución reglamentaria. Es la receta que Lewis Hamilton pide que la Fórmula 1 aplique para frenar el aplastante dominio que Red Bull tuvo en 2022 y ha mantenido en las primeras carreras de esta temporada.

Este 2023 es el segundo año de la actual normativa técnica en la categoría reina del automovilismo, caracterizada por el 'efecto suelo' y la simplificación de la aerodinámica. El siete veces campeón del mundo cree que ha favorecido que las carreras sean más entretenidas, ya que hay más luchas en pista.

"No es mi trabajo convencer a la gente de que vea este deporte. Yo mismo no lo veo. Pero para mí, no es aburrido. Cada día me pongo a prueba para intentar volver al frente de la parrilla. Así que desde mi punto de vista no es aburrido en lo absoluto", afirma Hamilton.

Sin embargo, el británico cree que el dominio de Red Bull puede frenar el crecimiento que está experimentando el deporte: "Como aficionado que ama las carreras, puedo entenderlo, porque seguramente no hay tanto espectáculo en este momento como a lo que la gente estás acostumbrada en, por ejemplo, la NFL o la NBA. Pero no depende de mí".

Por eso, propone cambiar el reglamento, o incluso adelantar la modificación prevista para 2026. "No sé cuál es la solución concreta, pero creo que tenemos que seguir cambiando las reglas, de lo contrario será así durante años, por lo menos hasta 2026", explica Hamilton.

Esta desesperación por cortar el dominio de Red Bull contrasta con la valoración que hizo en su día sobre el dominio de Mercedes, que ganó el campeonato de constructores durante ocho años seguidos. Entonces, Hamilton pidió que no se modificase el reglamento para no adulterar artificialmente la competición. Ahora que quien domina es Red Bull, la opinión de Lewis ha cambiado radicalmente.