Lewis Hamilton sigue perdido. El inglés, que lleva sin dar con la tecla más de un año conun Mercedesque no está ni para ganar ni para pelear contra Red Bull, cargó de nuevo contra su monoplaza después de unos Libres 2 de Miami en los que no pudo ser, como de costumbre salvo en Australia, protagonista.

Porque fue séptimo. Séptimo tras un McLaren. Y George Russell, peor. Bastante peor. Para verle hay que bajar hasta la 15ª plaza, tras los dos Alfa Romeo de Zhou y de Bottas.

Eso ha hecho que Hamilton vuelva a atizar al W14: "Fue como una patada en el estómago".

"En los Libres 1 parecíamos ir muy bien, pero luego apareció el ritmo real. Es complicado, pero seguiremos trabajando en ello", insiste.

De momento, poco se espera: "No tengo expectativas en este coche, solo quiero estar en un lugar mejor... y poder llegar a Q3".

"A ver si podemos hacer algo con la puesta a punto... seguiré siendo optimista, y mantendré la esperanza de poner el coche un par de pasos hacia arriba", cuenta.

Pero ve Australia como una isla: "Fue la diferencia de la noche al día. Es mucho mejor correr allí".

Hamilton, de momento, sigue sin estampar su firma enun contrato de renovación con Mercedes...mientras que desde Ferrari hay más que cantos de sirena hacia él. Y luego está Leclerc.