No se subió al coche en toda la mañana. No se puso el mono. Ni el casco. Tampoco los guantes. Pero Fernando Alonso parecía estar compitiendo como ningún otro en la sesión de test en la que Felipe Drugovich se subió al Aston Martin AMR23. Porque el bicampeón no quitaba ojo en Bahréin.

Descanso cero. Prácticamente, un 24/7 en toda regla el que está haciendo Alonso en Sakhir. Porque después de hacerse toda la segunda jornada en el coche, y de irse más bien tarde de la pista, en el tercer y fundamental día no quitaba ojo a nada.

Todo detalle que hubiese, Fernando lo conocía. Si Drugovich, su compañero en pretemporada, se subía al coche él iba a hablar con cada ingeniero y mecánico presente en el box de Aston Martin. Y si paraba en boxes pues...

A por las ruedas. A ver la degradación de neumáticos. A ver cómo se comportan las gomas con el paso de las vueltas en Sakhir. Más implicación, imposible.

Contacto permanente con Stroll

Bueno, o no, porque según Antonio Lobato y Pedro de la Rosa, como desvelaron en la retransmisión de 'DAZN', el bicampeón del mundo está en contacto permanente con Lance Stroll para contarle cada detalle del trabajo en Sakhir.

Y para tener él también información sobre cómo es el coche con respecto al del año pasado. El canadiense lo sabe, y la relación entre ambos es extraordinaria.

Porque Alonso no descansa. Porque es un apasionado de las carreras y tiene ganas de este nuevo proyecto en Aston Martin. Decían que tenía, y tiene, en su mirada los ojos del que está cerca de debutar... y lo cierto es que no se equivocaban.

Alonso y Aston Martin, objetivo común

A sus 41 años, y a punto de afrontar su temporada 20 en la F1, Fernando está llevando todo y más a Aston Martin. A un equipo que, como él, quiere ganar. Que quiere ser campeón del mundo.