Carlos Sainz era uno de los pilotos que iba a estar, salvo sorpresa o catástrofe, en la Q3 del GP de Hungría. Sin embargo, pasó lo segundo, pues en la Q2, en un intento que le habría llevado a estar entre los diez mejores, sufrió un trompo que terminó con su coche destrozado tras golpear contra las protecciones.

El madrileño, que firmó unos Libres 3 brillantes y que prosiguió con su exhibición en la Q1, estaba llamado a ser, posiblemente, quinto o sexto en la parrilla de salida de Hungaroring. Sin embargo, sale 15º en una pista en la que adelantar es complicado.

Todo porque el coche se le fue. Sainz trompeó en el asfalto y, a pesar de que trató de controlar la acción, al final se fue contra las protecciones con una fuerza de 22G.

Buscó por todos los medios hacer que el coche volviera a pista, pero el Ferrari estaba K.O. Y él, anímicamente, también.

"Lo siento chicos", dijo por la radio a su equipo sabedor de la oportunidad que se les acababa de escapar.

Va a sufrir, y mucho, Sainz en la carrera de Hungría para llegar incluso a los puntos. Su Ferrari es más rápido que otros coches que le acompañaran en la arrancada, pero las cartas a jugar en la pista húngara son escasa a la hora de adelantar.

Y son 70 vueltas... veremos si en la 'Scuderia' dan con la estrategia acertada para que Sainz tenga un cierre de fin de semana que recordar con una sonrisa.

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