La vida de las hermanas Yusra y Sarah Mardini sufrió un duro varapalo con el estallido de la guerra civil en Siria. En agosto de 2015, estas dos jóvenes nadadoras de 17 y 20 años, que aspiraban a representar a su país en los Juegos Olímpicos de Río, tuvieron que huir de Damasco con el objetivo de llegar a Europa.

Una decisión que se vieron obligadas a tomar debido al conflicto que se originó en su país. Durante su huida, tuvieron que vivir todo tipo de dramáticas situaciones que ahora recoge la película 'Las nadadoras', que se ha estrenado en Netflix.

Las actrices Nathalie Issa y Manal Issa, que también son hermanas, son las encargadas de meterse en la piel de estas dos nadadoras que, durante años, estuvieron compitiendo para el Comité Olímpico Sirio. De hecho, en 2012 Yusray tuvo la oportunidad de representar a su país hasta en tres modalidades diferentes en los Campeonatos Mundiales de Natación FNA.

Este film, dirigido por Sally El Hosaini a partir de un guion escrito por ella misma junto a Jack Thorne, es un reflejo del duro viaje que tuvieron que realizar estas hermanas, teniendo como telón de fondo la guerra, la inmigración, el espíritu de superación y los valores deportivos.

La dura travesía de estas dos hermanas

Yusra y Sarah Mardini decidieron huir de su país después de que su casa fuese destruida por culpa de la guerra. En un primer momento, se marcharon al Líbano y tras esto viajaron hasta Turquía. Desde allí, intentaron acceder a la isla griega de Lesbos en un bote tras llegar a un acuerdo con un contrabandista.

En total, en esta embarcación dispuesta para menos de una decena de personas, viajaron 20. Cuando iban por mitad del mar Egeo, el motor comenzó a fallar, provocando que la embarcación comenzase a hacer aguas.

En esos instantes, estas hermanas no dudaron en comenzar a empujar el bote junto a otras dos personas que también sabían nadar para así salvar a todos los que viajaban con ellas. Tres horas y media después, consiguieron llegar a su destino. Sin duda, toda una historia de superación que permitió que llegasen sanos y salvos a dicha isla griega.

Sin embargo, su viaje no acaba aquí, y es que tras esto pusieron rumbo a Berlín, pasando por Macedonia, Serbia, Hungría y Austria. Una vez allí, estuvieron ocho meses en un centro de refugiados antes de conseguir asilo y poder reencontrarse con sus padres.

Participación en los Juegos Olímpicos

La proeza de estas dos hermanas empujando el bote hasta la orilla adquirió una gran relevancia pública, haciendo que el club de natación Wasserfreunde Spandau 04, se interesase por ellas.

De esta forma, se puso en contacto con estas dos nadadoras brindándoles sus instalaciones para que volviesen a entrenar. A pesar de que Sarah no pudo seguir compitiendo por una lesión, Yusra sí que consiguió entrar entre las diez personas seleccionadas para integrar el primer equipo olímpico de refugiados de la historia.

A sus 24 años, Yusra consiguió su sueño de participar en los Juegos Olímpicos de 2016, en Río de Janeiro, y en 2020, en Tokio, donde fue incluso la abanderada de la federación.

Así cambió sus vidas tras huir de su país

Yusra consiguió la nacionalidad alemana y fue nombrada la Embajadora de Buena Voluntad más joven de ACNUR en 2017. Además, no ha dudado en contar su historia publicando un libro llamado 'Mariposa: de refugiada a nadadora olímpica. Mi historia de superación y esperanza'.

Por su parte, Sarah decidió retomar sus estudios de Derecho y colabora con una ONG en Berlín. En agosto de 2018 fue detenida junto a otros 22 cooperantes, acusada de pertenencia a una organización criminal, blanqueo, espionaje, fraude y tráfico de personas.

En total, tuvo que permanecer en prisión 107 días. Ahora, continúa a la espera de un juicio y se enfrenta a penas de prisión de hasta 25 años. Por su parte, ella asegura que el único delito que ha cometido fue esperar con mantas y agua a aquellas personas que, como ella, llegaban a Lesbos.

Una complicada situación que le llevó a tener una depresión y por la que Amnistía Internacional intenta interceder para que le retiren los cargos.