Un jugador estaba a punto de jugar su último partido de fútbol y a sus amigos se les ocurrió fingir un secuestro para gastarle una broma.

En mitad del partido, aterrizó un helicóptero y dos encapuchados se llevaron a Barbagallo, de 55 años. Todos estaban compinchados para gastarle una broma; todos menos el árbitro, que no la entendió.

Por eso, el club de la tercera división de Catania ha sido multado con 200 euros y no podrá jugar hasta el 1 de mayo.

El jugador no podrá jugar hasta final de temporada, pero poco le importará ya que se retira.

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