Su madre, Carine, fue a la que más emocionada se la vio durante toda la tarde. Un constante vaivén entre el orgullo y la satisfacción de ver a tu hijo donde siempre quiso estar.
En el césped no dejaron de sonreír y aplaudir, además de hacerse fotografías con el gran protagonista del día. Carine se quiso contener durante todo el acto, sin embargo, cuando su hijo pisó el césped del Bernabeú y comenzó a dar toques al balón ya no pudo aguantar más.
Los hermanos intentaron consolarla mientras el padre de los Hazard, Terry, no se quiso perder ni un solo detalle.
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