La actuación del Manchester City ha dejado mucho que desear tras su eliminación de la Carabao Cup inglesa contra el Newcastle United. Una eliminación, por un solitario gol a cero, que quedó en un segundo plano por la bronca que tuvo Pep Guardiola con el colegiado inglés.

Del partido, descafeinado gran parte del tiempo, es difícil destacar algo positivo de un Manchester City que echó en falta el gol de Haaland, que no jugó ni un minuto, y que, en los primeros 30 minutos de encuentro, tan solo tuvo un tiro a puerta.

Por ello, tras el gol de Isak para las 'urracas', el conjunto de Pep no pudo reaccionar y acabó por ser eliminado de una competición a la que se presentaba como claro favorito para salir campeón.

Derivado del cabreo de la derrota y de la ira de perder la oportunidad de ganar uno de los trofeos principales del año, Pep Guardiola no dudó a la hora de encararse con el árbitro tras el pitido final reclamándole varias acciones que el técnico catalán considera que están mal arbitradas y por las cuales su club ha caído eliminado.