José Mourinho sigue haciendo de las suyas en Italia. Tras un mal comienzo en liga, la Roma del portugués está encontrando la buena dinámica y venció al Monza por 1-0 para sumar su tercera victoria consecutiva. Sin embargo, la celebración del entrenador le acabó costando la expulsión.
El Shaarawy anotó en el tiempo de descuento el tanto que daba la victoria a la Roma y Mourinho aprovechó el momento para dirigirse al banquillo rival y hacer el gesto de llorar.
El árbitro le cazó burlándose del rival y le mostró la tarjeta roja, por lo que se perderá el próximo encuentro ante su exequipo, el Inter de Milán.
Y, curiosamente, no es la primera vez. El año pasado ya no estuvo presente en el enfrentamiento ante los interistas después de ser expulsado ante la Atalanta y nos regaló esa curiosa imagen de él viendo el partido en un coche.
Ante la pregunta de si no quería enfrentarse al Inter, Mourinho rechazó la teoría: "Me disgusta no estar en el banquillo en cada encuentro".