Luis Suárez se reencontró con el gol en Leganés 35 días después de marcar su último tanto, frente al Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano el 14 de octubre, y lideró al Barcelona en la victoria frente al Leganés.

Y es que el delantero uruguayo estaba necesitado de goles y un día más vivió su partido al máximo de revoluciones. Un estado de excitación que llevó a Luis Suárez a tener su particular pique con Pichu Cuéllar, portero del Leganés y jugador sobrado también de carácter.

Primero Cuéllar fingió un manotazo en la cara que le costo la tarjeta amarilla a Luis Suárez. Y el uruguayo no olvidó la jugada celebrando su segundo gol en la cara del guardameta.