Desde que el pasado 11 de septiembre saliese a la luz el positivo de Paul Pogba en dopaje después de que se detectaran restos de testosterona en su cuerpo en una prueba realizada el 20 de agosto, el jugador francés está suspendido... y sin fecha de regreso.

A sus 30 años (cumple 31 en marzo), la 'Gazzetta dello Sport' informa que podría ser inhabilitado hasta cuatro años.

La clave está en la decisión del juzgado de si consumió la sustancia prohibida de forma consciente o no.

Por el momento, el caso de Pogba, al no haber convencido al fiscal antidopaje con su explicación y ser desestimada la misma, será remitido al juzgado deportivo.

En este punto el francés tendrá dos opciones: llegar a un acuerdo con la Fiscalía y aceptar una reducción de condena a la mitad (dos años), o mantener su inocencia e ir al juicio deportivo en la Pista Deportiva Antidoping.

De salir desfavorable el fallo, la sentencia de cuatro años sería firme y Pogba podría plantearse la retirada.