La vida sigue igual para el Barcelona en el primer partido de la segunda vuelta. Ni pierde ni da la sensación de que pueda perder. Los azulgranas, en una segunda parte excelsa ante un Betis que solo aguantó el primer acto, se llevaron otros tres puntos más tras un 0-5 que les hacen ser todavía más líderes de LaLiga.
Era una cita marcada en rojo para ambos. Para el local, el Betis, por su aún existente alegría anímica tras las victorias ante Sevilla y Leganés. Para el visitante, el Barcelona, porque un triunfo significaba abrir aún más brecha con su más inmediato perseguidor, el Atlético. En los primeros compases, la sonrisa bética se impuso al Barça.
Los andaluces, confiados, se mostraban tenaces en la presión y veloces en la ofensiva. Se vio en una jugada con disparo final de Guardado, en la que la tensión bética para recuperar el balón propicio un disparo del azteca que a punto estuvo de sorprender a Ter Stegen.
Estaba fuerte el Betis en los primeros compases del envite, pero poco a poco el Barça se fue desperezando y haciéndose con el control. Los béticos, eso sí, no se amilanaron lo más mínimo ante el potencial azulgrana. Con un juego que apenas dejaba espacios al ataque, el cuadro andaluz paró las ofensivas culés en un primer acto sin apenas ocasiones claras, pero con la mala noticia de la lesión de Vermaelen, lo que propició el regreso de Umtiti sin apenas calentar.
En el segundo tiempo el Betis se acabó. Quizá por agotamiento o quizá porque ante la máquina azulgrana la única opción es hacerlo perfecto siempre. Sin relajación. Sin estar desconcentrado ni un solo segundo. En una acción veloz, Rakitic entró solo por la banda izquierda. Corriendo sin prisa, el croata definió a la perfección ante Adán para que diera comienzo el festival del equipo de Valverde.
A los seis minutos llegó el 0-2. Fue Messi el que se encargó de abrir brecha con un robo de Busquets y con Feddal, lento, que le habilitó para anotar el segundo. Luis Suárez puso el tercero al instante, con una definición de crack tras una jugada entre el 10 y Rakitic, que acabó con un preciso centro del croata ante el charrúa.
En poco más de diez minutos, el Betis sucumbió ante una gran versión del Barça. Una que va sobrada y que parece que es capaz de destrozar sin esfuerzo. Que no necesita excesiva magia, pero que si hay que ponerla se pone. La puso Messi, cómo no, para el cuarto. Hizo lo que quiso, y si hubiera tenido que hacer más también lo habría hecho. Dejó sin cadera a los que le salieron al paso y, con calma, puso un pase a la red para levantar el aplauso del respetable. Como también los levantó cuando, con tres rivales a su lado, le puso el balón a Suárez para el quinto.
Así terminó la fiesta que el Barça se pegó en el segundo tiempo en el Villamarín. Manita al Betis, y manotazo a una Liga que mucho tiene que cambiar para que se le escape al equipo de Valverde.