El Barcelona recibía al Atlético de Madrid con ambos equipos buscando un mismo objetivo: la final de la Copa del Rey. Sería la número 39 para el Barcelona, igualando al Real Madrid como equipo que más finales de Copa ha disputado, y sería la 20 del Atlético de Madrid.

Simeone decidió jugarse el todo por el todo con Gaitán, Carrasco, Torres y Griezmann arriba, mientras que Luis Enrique dejó en el banquillo a Busquets e Iniesta, decantándose por Rakitic, André Gomes y Denis Suárez en la medular. Los 22 protagonistas estaban sobre el terreno de juego y el árbitro pitó el inicio con 90 minutos por delante trepidantes.

El Barcelona tenía que defender su renta conseguida en el Calderón, donde ganó 1-2 a los de Simeone. Al inicio del encuentro tuvieron ese resultado en la cabeza, controlando el partido con pases sin apenas mordiente y con Suárez en modo '9 total'.

La tuvo Carrasco

Un córner del Barcelona se acabó convirtiendo en una ocasión manifiesta para el Atlético de Madrid. Koke condujo un 3 contra 3 llevando el balón hacia Carrasco, que recortó y no supo finalizar ante Cillesen, que detuvo su disparo. Pudo estar el primer gol del partido ahí, pero le tocaba seguir remando a los rojiblancos y aguantando a los culés.

Lo cierto es que los primeros 20 minutos fueron claramente colchoneros. Muy superiores los de Simeone a los de Luis Enrique, que no sabían por dónde les venían los golpes. Por arriba, por abajo, siempre más acertados los pupilos del argentino, aunque el ansiado gol no llegaba.

Con el paso de los minutos y gracias a la seguridad de Cillesen, el Barcelona se iba haciendo con algo más de balón y claridad de ideas, intentando llevar el balón a sus dos estrellas arriba. Suárez parecía enchufado, dándose la vuelta muy rápido y recibiendo de espaldas los pases de sus compañeros muy bien.

Luis Suárez abrió la lata

Tras un tramo de partido en el que se trabaron las ocasiones, Leo Messi decidió cargarse la eliminatoria. El argentino cogió el balón y tiró uno de sus penaltis desde la frontal del área, provocando la estirada de Moyá, que dejó el balón franco para que Luis Suárez rematase a puerta.

Era el 1-0, que en la práctica no cambiaba demasiado porque el Atlético de Madrid seguía necesitando dos goles para forzar la prórroga, pero que era un mazazo por el momento del partido y por las sensaciones que estaba dejando el Atlético de Madrid.

Fue marcar el gol y marcharse los equipos al túnel de vestuarios. Con 45 minutos por delante, la hazaña que necesitaba el Atlético de Madrid era muy grande, pero por lo visto en la primera parte se podían permitir soñar con la remontada. Sin embargo, Luis Enrique se guardaba dos balas en la recámara para rematar el partido: Iniesta y Busquets.

Sergi Roberto acabó expulsado

En el descanso, Simeone introdujo un doble cambio, metiendo a Lucas Hernández y a Correa por Godín, que se marchó lesionado, y por Gaitán. Intentaba mantener la intensidad en la presión el argentino, pero con los minutos el Barcelona se sentía más y más cómodo, cogiendo el balón y compartiéndolo lo justo.

Sin embargo, hubo un momento que cambió el devenir del partido: la expulsión de Sergi Roberto. El lateral vio su segunda amarilla y dejó a su equipo con 10 durante más de media hora. Era un hecho que le daba esperanzas a los colchoneros, que con Gameiro en el campo quería ir a por todas.

Griezmann vio cómo le anulaban un gol que era legal por un fuera de juego que no era, lo seguía intentando el Atlético de Madrid pero sin suerte. Luis Enrique intentó reaccionar metiendo a Mascherano en lugar de Denis Suárez, cosiendo esa defensa que había dejado maltrecha la expulsión de Sergi Roberto.

Gameiro, protagonista por partida doble

Cuando el Atlético de Madrid estaba asediando al Barcelona, sufrió una expulsión que acabó con sus opciones. Carrasco llegó muy tarde a una entrada sobre Arda Turan, que volvía a medirse contra su exequipo, y vio su segunda tarjeta amarilla, dejando el partido en un 10 contra 10.

Aprovechó Luis Enrique para hacer sus dos últimos cambios, metiendo a Busquets por Arda Turan y a Iniesta por Rakitic. La ovación del Camp Nou al manchego fue espectacular, entrando cuando quedaban apenas 20 minutos de partido. Pero el Atlético de Madrid iba a gozar de una oportunidad de oro para empatar el encuentro y seguir luchando por la final.

Gameiro erró un penalti que había provocado sobre Piqué, mandando el balón por encima del larguero. Cuando parecía que el partido estaba acabado, el propio Gameiro empató el partido tras un pase medido de Griezmann que supo aprovechar el francés.

El Barcelona, a la final

Tras ese gol, los últimos minutos del Atlético de Madrid fueron un asedio. Intentaron que el gol llegase por todos los medios para forzar la prórroga, pero finalmente el marcador se quedó en ese 1-1 que daba acceso a la final de la Copa del Rey al Barcelona.

También vivieron los culés la expulsión de Luis Suárez, que se perderá la final contra el Alavés y se une a la baja de Sergi Roberto para ese partido. Sin duda, una pieza clave para Luis Enrique con la que no podrá contar en uno de los partidos clave del año.

Con todo esto, el Barcelona jugará su cuarta final de la Copa del Rey consecutiva y ya espera rival. Sufrió, se vio fuera por momentos, pero los culés consiguieron acceder a la ansiada final dejando fuera a un más que digno Atlético de Madrid, que luchó todo lo que pudo contra todos los rivales que encontró en el césped, pero que acabó lastrado por su falta de acierto de cara al gol.