El fútbol italiano pasa por un momento delicado a nivel social. Después de las pegatinas de Hitler vestido con la camiseta de la Roma, y las intimidaciones que sufrió Zaniolo en su propia casa, se les suma un nuevo capítulo de violencia protagonizado por los seguidores de un equipo.

En esta ocasión el damnificado es la Sampdoria, un club mítico del Calcio está pasando por uno de sus peores momentos a nivel deportivo. Los 'blucerchiati' figuran en penúltima posición de la tabla tras cosechar cuatro derrotas consecutivas.

Por si fuera poco, en los oficinas del club las alarmas también se activaron al recibir un sobre con un una bala de escopeta dentro con la amenaza de "esta vez es de fogueo, la próxima será de verdad".

Esta carta tenía dos claros destinatarios, Edoardo Garrone, el expresidente, y Massimo Ferrero, máximo accionista del club genovés desde 2014.

El Ministerio de Interior investiga quién podría estar detrás de estos hechos, aunque algunos ponen el foco en los más de 70 aficionados que se manifestaron contra ambos directivos en la sede del grupo ERG, y que preside Garrone.

Durante estas protestas, los hinchas cometieron actos vandálicos, encendieron bombas de humo y alzaron una pancarta con el lema de "Garrone-Mondini, qué vergüenza".