Menudo etapón firmó Remco Evenepoel. Menuda exhibición dio el belga en la 14ª jornada deLa Vuelta. Qué espectáculo. Qué forma de resarcirse. Qué manera de olvidar lo que le sucedió en el Aubisque. Sí, gran bajón fue ese, pero ya con lo que ha hecho en Belagua...

Porque Evenepoel se escapó en cuando dio comienzo la etapa. Lo hizo junto a Bardet, pero en cuanto quedaban 4 kilómetros para el final se fue completamente solo. Se fue directo a la victoria. Se fue, pedalada a pedalada, rumbo a una línea de meta que vio en primer lugar.

Que vio dejando al pelotón a unos ocho minutos. Sí, porque tiró de casta. De garra. De esa rabia que se tiene cuando uno sabe que no ha hecho o cuando no ha podido hacer o dar todo lo que tiene.

Lágrimas de emoción

Así pasó. Entró a meta llorando. Entre lágrimas. Con una emoción más que evidente. Tanto que ni sus gafas podían ocultarla.

Pero qué bueno es ese llanto de felicidad y lleno de sentimiento. Qué bueno es cuando es por ganar. Cuando es por haber hecho lo que él ha hecho. Porque Evenepoel, en Belagua, dio una auténtica lección. Dio una auténtica exhibición.

En lo que respecta a la general, Kuss sigue de rojo a 1:37 de Roglic y a 1:44 de Vingegaard.

Ayuso es cuarto a 2:37. El joven ciclista es el mejor de los españoles en competición y tiene el podio a tiro.