A Woody Allen le queda una película más y se retira. No sin antes desvelar algunos de los entramados de su historia como cineasta. Ha filmado medio centenar de películas y sus inconfundibles personajes cómicos parecen proyectar su alter ego. Sin embargo, asegura que él siempre ha sido mucho más serio. "No era en la vida real el personaje tonto que interpretaba en mis películas", añade.

Sin embargo, al escuchar las escenas del vídeo de portada, se encuentran algunas similitudes. Como esas crisis existenciales del personaje, que son también su sello personal. "La vida es una tonta pesadilla", asegura. Eso sí, esas pesadillas están alejadas de Nueva York, su gran amor y también escenario de algunos de los relatos cortos de su nuevo libro, Gravedad Cero. "Quiero pensar que nada en el libro tiene gravedad, profundidad o seriedad", explica en relación a la publicación que saldrá a la luz el próximo 29 de septiembre. Más allá de Nueva York, está también París, una ciudad en la que le hubiera gustado vivir.

Después de una vida dedicada al cine, asegura que también ha llegado a actuar en la vida real. Lo hizo para esconder la relación entre Penélope y Javier Bardem. "Tenían que esconder que eran pareja entonces en cada rueda de prensa yo me tenía que sentar entre ellos... y yo pensaba, ¿en la boda también tendré que estar en medio?", bromea a las cámaras. Sin embargo, se el cambia la cara cuando le preguntan por las cancelaciones a las que ha tenido que hacer frente durante las últimas dos décadas tras las acusaciones de abuso sexual. " Es injusto y apesta pero, en el sentido práctico no ha tenido ningún significado", asegura.