El festival Kalorama se corona

Entre rayos y sintetizadores: la noche en la que los Pet Shop Boys hicieron historia en Kalorama Madrid

El cielo madrileño amagó con aguar la fiesta, pero lo único que cayó sobre la Caja Mágica fue una tormenta eléctrica sin apenas lluvia que, aunque obligó a retrasar el esperado show de Pet Shop Boys, no logró eclipsar una segunda edición del festival Kalorama Madrid marcada por la diversidad musical, la potencia escénica y una comunidad entregada al baile, la emoción y la reivindicación.

Pet Shop Boys en Kalorama Madrid 2025Pet Shop Boys en Kalorama Madrid 2025Ana Beltrán

Madrid vivió un fin de semana de pulsaciones intensas con la segunda edición del festival Kalorama, celebrado en la Caja Mágica, que se convirtió en un enclave vibrante de sonidos, afectos y estéticas diversas. Un evento que, a pesar del sobresalto climático, consolidó su propuesta como uno de los festivales más estimulantes del calendario europeo.

La gran anécdota (y tensión) de la jornada llegó en el momento más esperado: el concierto de Pet Shop Boys. Una tormenta eléctrica sin apenas lluvia obligó a retrasar su actuación más de media hora por motivos de seguridad. El cielo chispeaba y el público contenía la respiración, pero cuando las luces finalmente se encendieron y Neil Tennant y Chris Lowe salieron a escena, la Caja Mágica explotó.

El dúo británico ofreció un show milimétrico y deslumbrante, con visuales cinéticos, una escenografía envolvente y una lista de temas que repasó cuarenta años de historia del pop electrónico. Himnos como “West End Girls”, “It’s a Sin” o “Always on My Mind” se corearon con una energía que parecía redoblarse tras la espera.

La segunda jornada del festival mostró el músculo de una programación que no se conforma con lo obvio. Azealia Banks se confirmó como una fuerza escénica con un directo magnético, cargado de actitud, beats afilados y conexión con su público. Mientras tanto, los siempre excesivos y teatrales Scissor Sisters pusieron el broche final al fin de semana con un espectáculo que fue pura celebración queer-pop, donde cada cuerpo encontró su espacio para brillar.

No todo fueron luces y baile. Hubo espacio para propuestas que apelaron a la emoción desde otros lugares. Maria Arnal ofreció uno de los directos más íntimos y conmovedores del festival, con una voz que se desliza entre la raíz y la experimentación contemporánea. En el otro extremo emocional, Model/Actriz desplegaron un set cercano al trance, con tensión corporal y crudeza post-punk que convirtió el escenario en un ritual de entrega física y sonora.

También destacó Putochinomaricón, que convirtió el escenario en un espacio de crítica, color y pop queer subversivo. Con bases electrónicas, visuales vibrantes y letras que golpean desde la ironía y la lucidez, su actuación rompió moldes.

Más allá del cartel, el ambiente fue otro de los triunfos del festival. Convivencia, diversidad, respeto y ganas de pasarlo bien definieron los dos días de Kalorama Madrid.

Mientras Madrid cerraba su edición, Lisboa celebraba también su última jornada del festival. Una apuesta simultánea, valiente y única en el circuito europeo que reafirma a MEO KALORAMA como un proyecto internacional con alma ibérica. La música como puente, y dos ciudades latiendo al mismo ritmo.

A veces, los contratiempos crean magia. La tormenta eléctrica no empañó el cierre, sino que lo elevó. Y cuando finalmente sonó el primer acorde de Pet Shop Boys, supimos que la espera había valido la pena. Kalorama Madrid 2025 ya es memoria colectiva.