El efecto agudo de la ketamina fue lo que provocó la muerte de Matthew Perry, según ha revelado el informe de la autopsia del actor, fallecido el pasado 28 de octubre a los 54 años. Esta droga, muy conocida por su uso recreativo, provoca sensaciones evasivas y alucinógenas y puede ser recetada para tratar un trastorno de salud mental, como era el caso del actor de 'Friends'. Según el informe, recibía terapia de infusión de ketamina para la depresión y la ansiedad.
Esta droga está aprobada para tratamientos terapéuticos desde 1970 en Estados Unidos. La anestesióloga Ramona Andrés indica no obstante a laSexta que "combinada con otro tipo de drogas" puede provocar un "paro respiratorio" y que "el paciente se ahogue".
Para saber si se puede administrar, indica la experta, es necesario revisar "la historia clínica" y los antecedentes del paciente. "Prácticamente todo lo que yo uso a diario es adictivo, pero la dosis correcta en el tiempo puntual, necesario para dormir a un paciente y despertarlo no resulta adictivo", precisa la anestesióloga.
Las conclusiones de la autopsia
Según el informe, el uso de este sedante, junto con otros factores, provocó que Perry perdiera la consciencia y se ahogara en el jacuzzi de su casa, donde fue encontrado ya sin vida. Los análisis toxicológicos encontraron ketamina en niveles altos en su cuerpo, dentro del rango típicamente asociado con la anestesia general utilizada en la atención quirúrgica.
Así, la autopsia concluye que la causa de la muerte fueron los efectos agudos de este anestésico y señala como factores que contribuyeron al fallecimiento el ahogamiento, la enfermedad de las arterias coronarias y los efectos de la buprenorfina, un medicamento contra la adicción a los opioides que también se detectó en su sistema.
Las concentraciones de ketamina encontradas en el cuerpo de Perry habrían sobreestimulado su ritmo cardíaco y deprimido su respiración, provocando que cayera inconsciente y se ahogara en el agua, según el informe, citado por la agencia Reuters. El documento indica que se desconoce el método de administración de la ketamina en el caso de Perry y que se encontraron restos en su estómago, sin que se hallaran marcas de inyecciones frecuentes en su cuerpo.
Las conclusiones de la autopsia apuntan que Perry podría haberse estado automedicando entre los tratamientos médicamente supervisados. Testigos citados en el informe señalan que Perry recibía terapia de infusión de ketamina para la depresión y la ansiedad. Su último tratamiento conocido había sido una semana y media antes de su muerte, por lo que la ketamina encontrada en su cuerpo se habría administrado después de esa última sesión, según el informe.
Los investigadores no encontraron alcohol ni drogas ilícitas en el lugar de su muerte. En la sala de estar de Perry se encontraron varios productos de vapeo de nicotina y un inhalador. En el frigorífico había inyectables del medicamento contra la diabetes tirzepatida y piruletas de nicotina.
El actor había dejado de fumar dos semanas antes, le habían recetado tamoxifeno -un regulador hormonal- para bajar de peso y estaba recibiendo inyecciones de testosterona, según el informe. Se detectaron niveles no tóxicos de algunos medicamentos recetados en el cuerpo de Perry, pero no se encontraron rastros de alcohol, cocaína, heroína u otros narcóticos ilegales.
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